Las noticias de un miércoles cualquiera. “Las cuentas suizas de Bárcenas
acorralan a Rajoy”. “Bárcenas usó la amnistía fiscal de Montoro para blanquear
10 millones”. “Cospedal: "Si el PP tuviera cuentas en Suiza, ¿a que yo
habría tenido que dimitir?". “Una diputada del PP, pillada in fraganti
"abriendo armarios" en el despacho de Esquerra Unida”. “Anticorrupción
pide 11 años de prisión para una exconsejera de Camps”. “La juez ordena
investigar el ático de Ignacio González en Marbella”. “El bufete del hijo de
Gallardón defendió al 'kamikaze' indultado”.
¿No hay quien pare esto? Un partido, sobre todos los demás, está saqueando
el Estado. Sus recursos, sus leyes, sus libertades, sus derechos, las economías
y las viviendas de sus gentes.
Están robando a manos y bancos llenos. Se lo llevan de todas partes.
Presidentes de Comunidades Autónomas, senadores, diputados al Congreso o
Autonómicos, alcaldes, presidentes de
Diputación, concejales, asesores o hasta simples botijeros de este partido de
ladrones y mangantes. Han quebrado bancos y cajas de ahorro, comunidades
autónomas y ayuntamientos, hospitales, nóminas de funcionarios y colegios.
¿Puede alguien presentar una lista más completa? Luis Bárcenas, Jaume
Matas, Francisco Camps, Correa, Crespo, Antoine Sánchez, Álvaro Pérez,
Guillermo Ortega, José Luis Izquierdo, Jesús Sepúlveda, Arturo González, José
Galeote, Alfonso Bosch, Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Alberto López Viejo, Angélica
Suchs, Milagrosa Martínez, Jorge Guarro, Ana Grau, Juan Bover, Díaz Ferrán, José Luis Peñas,
Sonia Castedo, Rafael Blasco, Carlos Fabra,
Rafael Betoret, Joaquín Ripoll, José Luis Bartal, Ignacio González, Güemes…
¿Hasta cuándo y hasta dónde? Nos
están esquilmando y más allá de cuatro manifestaciones esporádicas y cuatro protestas en cámaras
donde la democracia vive en secuestro, no hacemos nada.
Esto es mucho más que una acción o amenaza terrorista. Han entrado a saco
en nuestras vidas y amenazan en dejarlas convertidas en un solar o erial. Están
robando nuestro pan y el de nuestros hijos y nietos. Y se auto dictan amnistías
e indultos, se lo reparten y se protegen entre ellos. ¡La mayor camada de
ladrones que conoce la historia!
El fasto de este robo colectivo es un ataque frontal a las inteligencias
individuales y colectivas. ¿No hay jueces, ni fiscales, ni tribunales en España
que sean capaces de hacer el macroproceso por fraude generalizado y saqueo que
esta partida de bandoleros merece? ¿O es que sólo multamos o metemos en la
cárcel a jornaleros que roban seis carros de supermercado o empujan a una
cajera?
¡Qué asco de país, qué asco de justicia, qué asco de democracia!
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