Los que tuvieron la desgracia y
el honor de luchar contra el franquismo tienen bien claro la escena y los
papeles. Si te detenían, aparecían,
invariables. El policía “malo” te golpeaba e insultaba sin bochorno alguno. Se retiraba de la escena y aparecía el policía “bueno”.
Mejores modales pero el mismo grado de hijoputez.
Luis de Guindos hizo ayer una
mera representación de ministro-poli “bueno”, enalteciendo a los mejores de la
farsa. Mostró su preocupación por los elevados
sueldos de algunos directivos y banqueros y, para dar tranquilidad, aseguró que
el Gobierno se mostrará “vigilante”.
¡Todo arreglado!
Es decir, que un gobierno que lleva ocho meses
legislando y gobernando en favor de una clase, que ha amnistiado, indultado y
desmembrado el país en favor de un tipo de personas, se va a mostrar ahora “vigilante”. Tranquilidad, que don Luis no acaba de caerse
nunca de su árbol.
Redondeó la faena calificando de “inasumibles”
los costes de la energía, especialmente de la gasolina. Lo dice el representante de un gobierno que
hace que un 53 por ciento del coste de un litro de gasolina sea impuesto. Pero, este coloso de las finanzas dice que el
“costo antes de impuestos de la gasolina de España es el mayor de Europa”. Es
decir, que estamos en manos de dos tipos de ladrones: el gobierno y las
petroleras. En ambos casos, los mayores
de Europa.
No sabemos que admirar más. Si el
cinismo o, como en el caso del “policía bueno”, su hijoputez. Creo que esto último ha llevado
a este individuo al paroxismo.
De Guindos y Montoro representan
todo un cliché del Gobierno y de la hipocresía pura. Son instantánea,
transparente y privadamente unos hijos de puta.
No pienso pedir disculpas.
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