Eran las cinco en punto de la tarde.
Un país, una democracia herida
a las cinco de la tarde.
Un pueblo atado de pies y manos
a las cinco de la tarde.
Lo demás eran mentiras
y votos robados
a las cinco de la tarde.
Riesgo, primas y estafas
a las cinco de la tarde.
Y una historia de engaños y banqueros
a las cinco de la tarde.
Nos robaron la salud
a las cinco de la tarde.
Nos quitaron la enseñanza pública
a las cinco de la tarde.
Nos dejaron sin cultura
a las cinco de la tarde.
Saquearon los ahorros
a las cinco de la tarde.
Nos hicieron pagar sus burbujas
a las cinco de la tarde.
¡Y el pueblo, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de la vergüenza fue llegando
a las cinco de la
tarde,
cuando la libertad se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte heló desahucios
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un bochorno de recortes
a las cinco de la tarde.
Bancos y cajas desparramadas
a las cinco de la tarde.
El armario no se abría
a las cinco de la tarde.
El desfalco de la libertad
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya vienen sus ladronas señorías
a las cinco de la tarde.
Sus mentiras les embriagan
a las cinco de la tarde.
Generales y banqueros
a las cinco de la tarde,
Nos llenaban de
cadenas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco estafadas de la tarde!
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