“El portavoz del PP en Leganés (Madrid), Jesús Gómez Ruiz, ha
considerado que habría que desposeer a los padres comunistas de la tutela de
sus hijos, por pertenecer a la secta más criminal que la Historia jamás haya
visto".
Más adelante, el todavía edil,
precisa: “habría que desposeer a los
padres comunistas de la custodia de sus hijos por ser una "secta
criminal" y "por inculcar a sus hijos una representación teórica de
la realidad absolutamente falsa que les provocará en el futuro serios problemas
de adaptación social y un agudo sentimiento de infelicidad, y acto seguido
enviar a estos niños (y a los padres también) sin pérdida de tiempo a un campo
de reeducación".
¡Ya estamos todos! ¿Ideas democráticas? ¿Desposeer a los padres
comunistas de la tutela? ¿Campos de reeducación?
Esta es la verdadera “ideología” de la
derechona española, aupada por unas elecciones democráticas -en las que no cree- a las máximas cotas del poder en nuestro país.
Impactado aún por la lectura, con
una mezcla de asco infinito y horror, pienso en los “campos de reeducación” a
los que se refiere una persona que cobra de un presupuesto municipal y que
ocupa un importante cargo en la directiva regional de su partido, y me pregunto
si se serán del mismo tipo de los de Auschwitz-Birkenau o Mauthausen, cuya
especial “reeducación” acababa en la ceniza
de un horno crematorio.
El Partido Popular no han
condenado nunca el golpe de estado, la represión y los cientos de miles de
crímenes del franquismo, su presidente fundador participó como ministro en
ambas cosas, y sus militantes y cargos hacen cada día una recreación de esta
ideología en todas sus actuaciones. Se
ponen de “demócratas puros” al exigir condenas del terrorismo a los demás
cuando ellos practican el terrorismo verbal, paralegal y estatal más depurado.
Da pavor contrastar que una
persona que sueña con desposesiones de tutela en función de tener una
determinada ideología o con campos de esto y lo otro, ocupe un cargo público
sin que sus conmilitones, que van por la vida de demócratas de aluvión, digan
esta boca es mía.
Todo parecen ya cuestiones
subsidiarias, meros trámites, el ADN
ideológico es muy difícil de borrar y estos especímenes sólo aguardan ya, cara
al sol, ponerse el brazalete con la cruz gamada. En su brazo, en su frente, en
sus alcaldías y en sus ministerios.
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