Mi nada estimada señora:
El pasado 29 de junio el Consejo
de Ministros del Partido Popular la
nombraba a Vd. “Defensora del Pueblo”. Un nombramiento muy en la línea de los
aconteceres políticos que se suceden en este país. ¿Defensora del Pueblo, usted, Marquesa de
Salvatierra, Grande de España y perteneciente a una clase social y política que
ha empobrecido a nuestro pueblo, política, laboral, sanitaria, cultural y
democráticamente a niveles de hace un siglo?
Trasmutadas en certezas nuestras
dudas, el pasado 13 de agosto –mes y medio después de su nombramiento- se le
conoce su primera actuación en el nuevo cargo. Usted encarga a la Fiscalía del Estado que proceda
penalmente contra los asaltantes a dos supermercados en Écija y Arcos de la
Frontera y argumenta que “lo de Sánchez Gordillo es un robo con violencia,
fundamentalmente contra la mujeres”.
Usted olvida algo fundamental que
una persona que se mueve en los ámbitos de la Ley y el Derecho no puede
olvidar. Que la persona que usted cita y atribuye un delito no está procesada,
ni siquiera imputada, ni demostrado que lo cometiera, y olvida el principio de “presunción
de inocencia” que tan profusamente usan los políticos de su partido en los muy
numerosos casos de desempeño de cargos públicos y actuaciones judiciales en
marcha.
Pero, en todo este tiempo, que ni
siquiera es mucho, ¿no ha visto usted ningún otro robo, ni ninguna violencia
personal ni institucional por parte de nadie hacia el “pueblo” al que a usted
le pagan por defender?
¿No ha visto usted como se han
debilitado hasta la última expresión los derechos y garantías de millones de
trabajadores, que no son todos “cajeras de supermercado”?
¿No ha visto usted como se ha liquidado prácticamente
el derecho a la Sanidad, a la Educación y a la Cultura públicas?
¿No ha presenciado usted como se
grava a un sector de los españoles con abusivos incrementos de impuestos mientras
se amnistía fiscal y personalmente a los que han defraudado 88.000 millones de
euros en los últimos años?
¿No le parece a usted un robo
inaceptable y con la mayor de las violencias posibles y colectivas que se
rescaten los déficits multimillonarios
de los bancos y sus especuladores, enriquecidos durante años, a costa del
esfuerzo y el sacrifico insuperable de los sectores más desfavorecidos del “pueblo”
al que un caprichoso y sectario nombramiento le hace a usted, Grande de España y de sus
seculares Injusticias, su “defensora”?
En mes y medio usted no ha
encontrado otra causa de defensa que el empujón que recibe una trabajadora de
supermercado y que usted manipula como acostumbra su partido, enmascarándolo con
un feminismo demagógico, que sumar a sus muchos detritus de palabrería hueca
que le caracteriza.
Vera usted, señora marquesa de
Salvatierra, no tenía la más mínima confianza en que sus actuación fuera a
defender al “pueblo español” de algo. Pero ya no tengo ningún tipo de dudas.
¿Quién nos defiende de su
partido? ¿De sus decretos, decretazos y
recortes? ¿De su sectarismo, de su servidumbre al capitalismo internacional y sus
políticas neoliberales y antipersona, de las arbitrariedades y el expolio que
los de su clase, ideología y rango han
efectuado históricamente a este pueblo?
Dicho de otro modo, recoja sus
pertenencias, su nombramiento, sus títulos y su nobleza y váyase a hacer
puñetas.
Porque, sobretodo, ¿quién nos
defiende de usted?
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