“Bien amado San Simeón
quien para poder servir mejor al
señor,
hizo un títere de él mismo para
ridiculizar al pecado
y ayudarnos a ser fuertes en virtud.”
La jauría mediática y sus amos del Ibex y la Banca hace
tiempo que declararon la “guerra civil” contra el gobierno de la ciudad de
Madrid y en particular a su alcaldesa, Manuela Carmena, que para ellos
simboliza el rojerío que puede gobernar el país contra sus “sagrados” derechos
de especulación y latrocinio impunes.
Estos perros amaestrados de la editorial y la pluma
alquilada han hecho circular y magnificado una falsedad con la que se vienen
lucrando políticamente desde hace lustros. Es la veta y mena ideal para tapar
sus infinitas corrupciones: ETA. Todo lo
que es contrario a sus bastardos intereses es ETA o toca la vena sensible del “padecimiento”
de las “víctimas”. Hay trescientas mil víctimas mal enterradas en cunetas que
no les mueven lo más mínimo, pero ahora se han buscado la habitual fiscalía
afín, un juez franquista, ex policía “duro” –en sus tiempos comisariales desapareció
“El Nani” y su cadáver- han ido tras los
autores de una desafortunada obra de teatro de guiñol y han creado, desde la
nada, un caso de terrorismo, a la vieja usanza, lo que ha motivado una injustificable prisión incondicional para dos detenidos.
Los grandes estafadores, de los Pujol a Rato, Bárcenas o
Blesa, libres para huir o destruir pruebas, mientras encierran sin fianza a dos
marionetistas. Este es un país de
marionetas. De Valle-Inclán y sus esperpentos. Se llamen Mariano o Barberá,
Felipe y sus puros o Aznar o sus hijos buitres.
Todos somos ETA. Todos somos títeres. Todos somos corruptos
(o cómplices). A todos nos puede pegar
un tiro Jiménez-Losantos, que no habrá un fiscal diligente ni un juez fascista
que lo juzgue o encarcele.
En estas llega una tal Susana, que ejerce de “bien pagá” en un
cortijo andaluz y dice que Carmena, la pobre, “tiene que hacérselo mirar”.
Ella, “miembra” de un gabinete-gobierno con dos expresidentes y cincuenta altos
cargos imputados en robarle el dinero a los muchos parados de Andalucía, no.
En este país o cortijo para ladrones no existe la libertad
de expresión sino para humanoides como Losantos o borrachos de las tertulias,
tipo Miguel Ángel Rodríguez, todos los demás al trullo, donde esperan los
ejercientes del derecho de huelga o los que roban gallinas para matar el
hambre.
A Carmena, como “mal ejemplo” al que se puede imitar le han
declarado la guerra. Desde el vomitivo “ABC” hasta el esquizoide “La Razón”,
pasando por doña Susana la Trianera. Este es su 18 de julio. De aquí hasta que “cautivo y desarmado el
ejército rojo”, las triunfales huestes
de Rajoy-Rita-Cifuentes y el bipartidismo cutre de los partidos podridos llegue
a su triunfal primero de abril.
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