La vida es una ficción en la que Esperanza Aguirre deja de
tener un cargo. Y no sólo ella sino
Mayor Oreja, Dolores de Cospedal y Ricardo Rojas. A veces, Esperanza Aguirre se
apea del autobús y arrolla a un agente de movilidad en la Gran Vía, pero,
mientras el Telediario, con sus eternos comentaristas del “ABC”, da la noticia
de que en el terrible bombardeo nuclear sobre Madrid sólo han sobrevivido, las
ratas, las cucarachas… y Esperanza Aguirre.
En los cines se proyectan películas varias, de acción, de
violencia, de intrigas… en medio de una de ellas, un espectador quiere despanzurrar
la emoción y grita desde el patio de butacas, la asesina es… Esperanza Aguirre.
Y es que nuestra realidad se compone de una trama de
noticias de corrupción, de alcaldes que se han forrado, de áticos regalados,
del albondiguillas, de jaguars en el garaje, de constructores privilegiados, en
medio de los cuales está…Esperanza Aguirre.
O los cargos que ella nombre con su liberal dedo.
Resulta difícil discernir si vive fuera o dentro de la
trama, aunque sin duda existe un dato para orientarse: ella se queda siempre
fuera, del lado de los que no van al trullo.
Si ves que la llaman de una tertulia o de programa de
denuncia, no tengas dudas: ella es la denunciante, o a la que se la han “pegaó”.
Ella es siempre la “víctima”, el monigote al que quiere ningunear todo el mundo
o la damisela que sale descalza de un atentando en la India.
A Esperanza la verás aparecer detrás de la barra de un bar
donde te tomas una cerveza o te perseguirá hasta la calle por el pasillo de un
cine a oscuras. Donde quieras que vayas. Y más en tiempo electoral. Es una
mamandurria de las urnas.
Cuando se cierren todas las murallas, cuando se tome el
Palacio de Invierno, cuando se estrene el Palacio Consistorial de Cibeles o
cuando Granados obtenga la condicional: allá estará ella.
Es el medio, el mensaje, la novia en la boda, el muerto en
el entierro, la huelga y los huelguistas.
Está en la gloria, el infierno y el purgatorio. Es bombera y paracaidista. La
Virgen de la Paloma y el agua de la fuente del Berro.
Muy pronto, los cuchillos del “populismo” entraran a
degüello del populismo popular pepero, pero Esperanza se ha adelantado: ya se
ofrecido a negociar, versus gobernar, con los bolivarianos de Vallecas.
Esperanza nuestra, que
estás en los cielos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario