La “Fiesta” nacional sigue en
plena crisis. El escalafón, encabezado por un
diestro tramposo y marrullero, “La
Trotona de Pontevedra”, ha
desarrollado una temporada de bajo nivel donde han abundado los toros devueltos
al corral, los achuchones y las broncas desde el tendido.
La gran corrida de la Beneficencia,
celebrada el pasado 1 de agosto en el ruedo del Senado terminó como el Rosario
de la Aurora, y a “la Trotona” le
dieron los tres avisos en la lidia del morlaco “Bárcenas”, un miura corniveleto y con mucha leña en sus astas, al
que le hizo una faena de aliño, con mucho miedo y menos vergüenza.
Su peón de confianza, Soraya Sáenz, “Barby de Fachadolid”, maniobró desde
las tablas para provocar los derrotes del astado, bien auxiliada en su tramposa
tarea por una cuadrilla sin empaque, donde los picadores, Luis de Guindos, “El Mercados”, y Cristóbal Montoro, “El Recortes”, barrenaron a conciencia entre
las protestas del respetable.
Todo se produjo ante la
complacencia del presidente, Jesús Posada, “Chiquito
de Franco” y de su asesora, Celia Villalobos, “La Verdulera”, que tienen una peculiar manera de entender la “fiesta”,
y que permiten y alientan todas las trampas, tretas y meteduras de pico de los
espadas.
Por otra parte, el ganado de Los
Gurteles sigue abasteciendo los ruedos nacionales, aunque la cuadrilla de los
Bomberos Toreros, compuesta por Rafael Hernando, “Hitlerito de Almería”,
Alfonso Alonso, “Guerrita de
Vitoria”, y Carlos Floriano, “Cagancho”,
intenta que una desacreditada ganadería andaluza, “Los Eres”, que pasta en los
terrenos de “El Pelotazo”, tome protagonismo, alentado por la mujer torera,
Mercedes Alaya, “Justiciera del PP”.
Otras mujeres toreras como,
Fátima Báñez, “La Niña de las Monjas”
y Ana Mato, “La Copagos”, vienen arrastrándose
por los ruedos a base de bajonazos y subidas al olivo, puyazos al trabajador o
la Sanidad Pública, siempre superadas negativamente por José Ignacio Wert, “Carnicerito de la Cultura”, mozo de
estoques de la Educación (mala), que está encargado de llevarle el botijo al “maestro”.
Con pocas facultades y recursos
en sus devociones toreras andan Alberto Ruiz, “Fachardón”, que ha banderilleado con feo estilo a los vitorinos “Tasas” y “Aborto”; la defensora del aficionaó, Soledad Becerril, “La Marquesa”, que, voluntariamente, se
ha rebajado de categoría, y José Manuel García Margallo, “El Gibraltares” que nos han dado el verano y las moscas de la
temporada.
Mientras, la banda de payasos toreros de “El
Empastre de Génova”, que lidera Dolores de Cospedal, “La Diferida”, sigue provocando la carcajada en los ruedos en la
lidia de sus “becerros” y la ganadería de monseñor Rouco Varela sigue sin pagar
un duro de impuestos, pese a lo caras que están las entradas para los tendidos de
“sol”.
Los diestros de otras empresas,
como Alfredo Pérez Rubalcaba, “El
Calambres”, Arturo Más, “El Consultas”
o Cayo Lara, “Carrillito de la Mancha”,
tienen pocas ocasiones de lucimiento ante la bronca y el bochorno que provocan
las “faenas” de los diestros que mandan, cortos de estatura y que sólo saben
torear con la derecha para los aficionados con sombrero de la Banca, que ocupan
las barreras de sombra.
Y el Borbón no sale de la
enfermería de la plaza.
Se ruega a los aficionados no
dejen de abroncar a los toreros.
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