Dijo una voz popular: “Se coge antes a un mentiroso que a un cojo”.
Y Rajoy es cojo. Y mentiroso. Este
ectoplasma de presidente dijo en sede parlamentaria tras la visita de Mario
Draghi, con el tono de falsa solemnidad que le caracteriza: “No tengo la intención de bajar las pensiones
el año que viene; sería la última partida presupuestaria que tocaría”.
Y ahora, el trámite de Ley de la
Reforma del Sistema de Pensiones, que como toda ley tiene que llevar la adenda presupuestaria
correspondiente, calcula que entre 2014 y 2020, la tal reforma proporcione al
Estado 33.000 millones de euros. De “ahorro”, dicen, entre el cinismo y la más
absoluta desvergüenza.
Quiere decir que la “partía de
Rajoy” y sus bandoleros le van a pegar un trabucazo a los pensionistas de este
país de 33.000 millones. Que se dice pronto.
Después de haberle condonado 36.000 millones a los bancos, después de
haberse cargado todo factor de progreso en la legislación laboral, después de establecer
el repago de los medicamentos, subir el IVA, el IRPF y escalar tropecientas
veces en la factura de la luz. Mientras ellos se financiaban ilegalmente
durante milenios, cobraban dobles y triples sueldos, y dietas y registros de la
propiedad de sobaquillo, desayunaban, almorzaban y cenaban en restaurantes de
lujo con cargo al presupuesto y su déficit.
En esta perfecta ecuación del
robo y el atraco a los más débiles, Rajoy se convierte en el más mentiroso y
ladrón de los personajes de nuestra
historia que vieran cielos, tierra, soles y lunas. No es que diga una mentira,
es que todo lo que dice es mentira y su “labor” de gobierno le equipara al
Tempranillo y al Pernales, con la diferencia de que estos robaban a diligencias
o terratenientes más o menos individualmente y la Trotana roba a gran escala a
todos los débiles de un país.
El nuestro es un país de pícaros,
trashumantes y ladrones. Pocos, a la altura de Rajoy y su Gobierno. No hay más que ver la cara de lechuga de la
ministra – o lo que sea- Báñez, al anunciar el “gran robobo de la jojoya”.
El viceportavoz de Asuntos
Sociales del PP, Rafaelito Bodegas, digo Rafael Merino, parlamentario por Córdoba,
ha dicho: “Los pensionistas tienen que estarle agradecidos al Gobierno del PP
porque no le ha congelado las pensiones”. Y se fue sin hacerse la prueba de
alcoholemia
Abandonando todo frivolidad. En
este tiempo, circunstancia y paisaje, ¿no habría capacidad de convocar a los
ocho millones de pensionistas a La Moncloa para darle, simplemente, un manteo,
a esta excrecencia de gobernante?
Yo pondría la manta.
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