Señor Presidente:
Permitidme que, agobiado por la realidad política y
económica que su acción de gobierno ha generado
me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz
hasta hace un año, está amenazada por la
más vergonzosa e imborrable mancha.
Habéis salido sano y
salvo de una desastrosa y mentirosa actuación de gobierno ¡Pero qué mancha de cieno sobre vuestro
nombre -iba a decir sobre vuestro mercado- puede imprimir esta abominable
política! Y no hay remedio; Lo que llamaís España conserva esa mancha y la
historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra
presidencia.
Puesto que se ha
obrado tan sin razón, hablaré. Prometo decir toda la verdad y la diré si antes
no lo hace el pueblo con toda claridad.
Es mi deber: no
quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro de los inocentes desahuciados de sus viviendas a
beneficio de inventario de unos bancos cuya sinrazón y codicia nos han hundido
en la mayor de las miserias o el recuerdo de los seis millones de seres que amanecen al sol de cada lunes sin el
derecho al trabajo que la Constitución
les garantiza.
Por eso me dirijo a
vos gritando la verdad con toda la fuerza de mi rebelión de hombre de mi tiempo
y de mi país. Estoy convencido de que
ignoráis lo que sois, un ignorante de la triste realidad que generáis. ¿Y a
quién denunciar las infamias de esa turba malhechora de verdaderos culpables
sino al que fútilmente se cree la primera magistratura del país?
Señor, la
abominación y el daño de vuestra
política aumenta de hora en hora.
¿Cuándo vendrá el
gobierno verdaderamente fuerte y
patriota, que se atreva de una vez a refundir y renovar todo? Conozco a muchas
gentes que, tiemblan de angustia ante cada decisión de su penoso gobierno ¡porque saben en qué manos esta la gobernación nacional!
¡En qué albergue de
corrupción, favores y dilapidaciones se
ha convertido el sagrado asilo donde se decide la suerte de la patria! Espanta
la terrible claridad que arroja sobre su antro la protección desaforada a la
Banca y los banqueros. Usted gobierna
con demencia y estupidez, maquinaciones
locas, prácticas de baja policía, costumbres inquisitoriales; el placer de
algunos tiranos que pisotean la nación, ahogando en su garganta el grito de
verdad y de justicia bajo el pretexto, falso y sacrílego, de la razón de estado. ¡Esa verdad, esa justicia que
nosotros buscamos apasionadamente, las vemos ahora humilladas y desconocidas!
Yo Acuso al ministro De Guindos como laborante del capitalismo internacional de anteponer
intereses espurios a las necesidades de amplias capas de la población y por desarrollar una política nefasta sometida a los intereses maquinadores de
gobiernos y bancos extranjeros.
Yo Acuso al ministro Montoro por haberse hecho cómplice de
los defraudadores y esquilmadores
de la economía nacional, por
alentar la salida de capitales y la evasión de impuestos de las grandes
fortunas y empresas y por anteponer a
todo, el poder absoluto y abusivo de los bancos.
Yo Acuso a la
vicepresidenta, Sáez de Santamaría de actuar contrariamente al Derecho vigente
en nuestro país, alentando el fraude de Ley
en numerosas ocasiones y haciéndose por lo tanto culpable del crimen de
lesa humanidad y de lesa justicia con un fin político y para salvar los
intereses de una minoría sectaria de ciudadanos.
Yo Acuso a la ministra
de Trabajo, la señora Báñez, por
desarrollar, implantar e imponer una ley injusta, desigual y que rompe el
equilibrio social, como la llamada de la Reforma Laboral, que deja a los
trabajadores en manos exclusivas de sus patronos y a millones de españoles
condenados al paro y a la miseria.
Yo Acuso al ministro Gallardón de arruinar el ordenamiento
jurídico de nuestro país, de restaurar la cadena perpetua, incentivar los
indultos a condenados criminales por atentados contra la seguridad e integridad
del pueblo e implantar una Ley de Tasas contraria al principio de una Justicia
libre y gratuita con la que ha labrado
el imperecedero monumento de su torpe audacia.
Yo Acuso al ministro
Wert de intentar acabar con la Educación general, gratuita y laica de este
país, de hacinar a los alumnos, incentivar la enseñanza privada, despreciar a
los padres de alumnos y a sus representantes, ignorar a los profesores y
claustros y conducir hacia la deriva y
el caos la Cultura pública, lastrándola de impuestos ominosos y
comparativamente lesivos frente al vicio, esperando lo declare víctima de ceguera de los
ojos y del juicio.
Yo Acuso a la
ministra Mato de intentar liquidar la Sanidad Pública, vendiendo al mejor
postor cercano a su partido y su ideología los hospitales y centros de salud,
agraviando a miles de profesionales y a la conquista que representaba una Seguridad
Social avanzada a un moderado coste,
penando a los jubilados y pensionista con un gravoso repago de medicamentos.
Yo Acuso al ministro Soria de ser un inepto, de
confundir los voltios con la watios y de plegarse al contubernio de las empresas
energéticas, eléctricas y petroleras y permitir la impunidad de tarifas
abusivas, que se subastan la miseria y el expolio de los consumidores obligados
por este mafia infecta que asola nuestro
país y su economía.
Yo Acuso al ministro Fernández de confundir el orden público
con los intereses de las oligargías financieras y religiosas que desde la
sombra nos dirigen, torturan y maltratan. De servir con prioridad a los
intereses de la secta a la que pertenece (Opus Dei) y de querer acabar con los derechos de
manifestación y huelga y de apalear fuera de toda consideración humana y de
derecho a personas que sólo reclaman lo que la Ley y la Historia les han otorgado.
Yo Acuso a la ministra Pastor de acabar con la inversión
pública, al ministro Arias de legalizar la agresión histórica y especulativa
contra el medio ambiente, al ministro Morenés de utilizar el gobierno en
beneficio de las empresas de armamento y al ministro Margallo de desarrollar una
política exterior obsoleta y retrógrada, subordinada al neocolonialismo .
Y por último: Yo le Acuso a Usted, de ser el mayor mentiroso
de la historia de nuestro país. De cometer un flagrante fraude electoral tan como establece el artículo .113 de la
LOREG. De incumplir todas las propuestas de su programa, por las
que se puede considerar que ha ganado
las elecciones mediante "Propaganda Maliciosa" -ley orgánica 5/1985,
de 19 de junio del Régimen Electoral General. Le acuso de no actuar como un
gobierno democrático emergido de la voluntad del pueblo sino de la voluntad de
unos golpistas económicos.
En cuanto a las
personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca,
y las considero como entidades, como
espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un
medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.
Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en
nombre de la humanidad y de la que dice “su Patria”, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser
feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma.
Así lo espero.
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