Recibo una foto por Internet. La
instantánea fue tomada en la finca de
“El Alamín”, en Toledo, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, ex jefe de los
empresarios españoles (CEOE), actualmente encarcelado por evasión de capital, y
quien acogió una cacería de perdices donde fueron invitados el Rey Juan Carlos,
Jaume Matas, ex presidente de las Islas Baleares condenado por malversación,
cohecho y prevaricación, y Arturo Fernández, empresario imputado por el
escándalo de la entidad financiera Bankia.
En Andalucía, mi tierra, hay un
dicho que dice : “Quién con niños se acuesta, amanece meado”. Es decir, que si el
Borbón participa en una cacería y se fotografía muy ufano con alguien que está
ya en la cárcel por alzamiento de bienes, evasión de capitales y fraude fiscal,
como el “líder” de los empresarios españoles, con el presidente de una
comunidad autónoma, procesado y condenado ya por prevaricación y estafa, con 19
juicios pendientes con un total de nueve acusaciones diferentes y con un
procesado por la presunta quiebra fraudulenta de 40.000 millones de euros, lo
más probable es que según el dicho esté ya bastante “cagaó y meaó”.
Este es un país de mierda. Está
plagado y gobernado por mangantes, evasores y delincuentes. 30 de sus 35
empresas más importantes pagan sus impuestos en paraísos fiscales, hay 300
políticos implicados en procesos por corrupción que siguen gobernando y las rentas del trabajo han transferido en
el último año un 23 % por ciento de sus ingresos en favor de las rentas del
capital, que eluden, evaden o refugian sus impuestos en Sicavs, paraísos
fiscales, se asesoran por ex ministros expertos el “tema” o contratan a chinos
avispados que sacan sus capitales en furgonetas.
Se exprime, recorta y empobrece
al pueblo, a las clases menos pudientes, en nombre de una austeridad
imaginaria, se hipoteca el futuro de millones de jóvenes de varias generaciones
para tolerar, indultar, amnistiar o
legislar en favor de una minoría de banqueros y corruptos que no se sacian nunca
y el que se cree presidente de este país o cortijo dice que cree que los
esfuerzos han sido “equitativos”.
La impudicia, el descaro y la
impunidad nos gobiernan. Se restringen, cada día, las libertades, se diseña y hace una justicia
para ricos, se desmontan derechos, servicios y garantías que han costado siglos de lucha y
se desahucia y agrede al pueblo. Esta supuesta “democracia” es de la misma
naturaleza que el Estado, virtual e infumable.
Es Estado es una burla de sí
mismo. Y todavía habrá quién el día de Nochebuena se asome a nuestros hogares a
felicitarnos. Sacudiéndose el polvo de elefantes, de perdices y de “amigos” como
los de la foto.
Hay palabras, discursos, que como
dijo el poeta, son “humaredas perdidas, neblinas estampadas”. Sus palabras, y
hechos, están heridas de muerte. Hay que
apartarse para que ni nos hieran, ni nos apesten.
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