Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los
neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía
de quien no toma partido hasta mancharse. Hago mías las faltas. Siento en mí a
cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis
penas personales, me ensancho.
No duerme nadie por el cielo. Nadie. Nadie. Soy feliz, soy
un hombre feliz, y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi
felicidad. Cantaban las mujeres en la
arena sin norte.
Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y
dejadla en la ribera. Los tomillos tienen flor y olor de niña desnuda. Si no creyera en lo que creo: hacerse hermano
de la vida.
A un rio le llamaban Carlos. Pero otro día toco su mano.
Mano tibia. Tu delicada mano silente.
Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que
transita solamente la rabia, que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y
en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven: son
palabras.
A veces ser humano es difícil. Yo fui columna ardiente, luna
de primavera. Mar dorado, ojos grandes. El poeta cuya palabra lúcida es como
diamante. Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte
veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida
la barba.
Este hombre no es de ayer ni es de mañana, sino de nunca; de
la cepa hispana no es el fruto maduro ni podrido, es una fruta vana de aquella España
que pasó y no ha sido, esa que hoy tiene la cabeza cana.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los
grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y
escucho solamente, entre las voces, una. A las aladas almas de las rosas...de
almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero
del alma, compañero.
No vivimos del pasado, ni damos cuerda al recuerdo. Somos,
turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos. Escribo en defensa del
reino del hombre y su justicia. Pido la paz y la palabra.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
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