Dice un escritor y periodista de
mi amplia admiración que “la
Transición fue lo más parecido a una
tienda de todo a cien”. De aquella tienda
de quincallería salió lo que salió. Y
ahora estamos en esta charca franquista de la democracia de rebajas.
Viene este preámbulo a cuento del
mantra que viene repitiendo los políticos del PP, desde Mariano Rajoy a
Aguirre, pasando por un “demócrata de toda la vida” como Albiol, del “respeto a la lista más votada” como si
este concepto, destilado en su parco alambique de conceptos democráticos, fuera
una verdad absoluta, un dogma de fe que certifican a medias entre Francisco
Franco y Rouco Varela, el Cardenal.
Hablan de la “lista más votada” y
de su respeto, cuando son ellos, que cuando no lo son todo el respeto se le
vuelve pactos de miriñaque y hablar catalán en intimidad.
¡Y dos huevos duros! Que diría
Marx y no Carlos. Según mi entender la democracia es precisamente todo lo contrario,
que no haya una democracia hecha a medida de dos partidos, más o menos
inducidos por los poderes fácticos –banca, capelos y mercados- que se repartan
el poder, la tarta y la pasta. Es lo que alguien llama “casta”.
Y democracia es “pactar, “acordar”,
“desavenir”, “conciliar” y gobernar siempre al filo de la navaja de la censura
o del rechazo ciudadano. Nada de
“estabilidades” impuestas por las cajas B, los tesoreros en prisión o las
administraciones paralelas de enchufados a dedo.
Más mantras. Desde las sesudas
mentes del arriolismo se les sirve cada mañana a los políticos a punto de ser
mandados a “donde cantan los empedradores”, una ración argumental para
despotricar del tri, tetra o penta partidismo como si fuera algo abominable.
¡Y otros dos huevos duros! Eso es
la esencia de la democracia, para eso se les paga a los políticos, para que
armonicen los que les manda una sociedad plural y diversa, que, además, debe de
serlo cada día más.
Lo dijo un político desgraciado
de este país: “Hagamos a nivel de ley, lo que es normal a nivel de calle”.
Salgan a la calle, ¿son todas las personas que ven del PP, del PSOE, de Podemos
o de Izquierda Unida? Cada uno es de su padre y de su madre –un político de mi
ciudad, mas desgraciado aún-, lo diría de “otra manera”, que se pueden
imaginar.
¡Bienvenidos los pactos, los bi,
tri, tetra y penta partidos y que estos demócratas de “nosotros con mayoría
absoluta o el caos”, se vuelvan a las escuelas primarias, institutos o
universidades a repetir la asignatura de “Democracia”, que no aprobaron y que
nos quieren vender como “mercancía averiada”.
O lo que es lo mismo, todo
demócrata “suspendido”, es, en ciernes, un fascista graduado.
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