Un día antes que el Consejo Consultivo de Andalucía
declarase la improcedencia legal y formal de uno de sus actos de gobierno más
reivindicado, el ex alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto se despacha a gusto
contra el actual gobierno municipal.
Declaraciones que, ¡cómo no!, el rotativo “Córdoba” pone en
portada y en la integridad de la página ocho.
Nieto, en plena indigestión de su derrota electoral en las
urnas, a pesar de los cien días transcurridos, se sitúa en el exabrupto, en el
insulto gratuito, en la descalificación absoluta y dice de los que gobiernan
que son “inmaduros”, “faltos de experiencia política”, “poco preparados”,
“vacíos de proyectos” “fábrica de ocurrencias”, “desconocidos”, “inéditos” “de
hacer un ridículo espantoso”… y otras perlas que le dicta su hígado perdedor
cuando se las prometía tan felices.
Realmente de “juzgado de guardia” que llame “medio gobierno”
a quien por voluntad popular lleva cien días en el cargo. ¿Si este es “medio
gobierno”, que es lo que era el suyo? ¿Un cuarto de desgobierno?
Digo que a un día de que el Consejo Consultivo de Andalucía
lo condene sin paliativos en su operación-especulación de la cesión de terrenos
a su “compadre”, el presidente de una Sociedad Anónima Deportiva, que sólo por
casualidad se llama “Córdoba C.F”, con
una cesión ilegal, por órgano improcedente, sin la calificación
correspondiente, digo, se permitía decir esto. Literalmente.
“Nieto está convencido de que el Consejo Consultivo no va a
admitir la solicitud realizada por el Ayuntamiento de emitir un dictamen sobre
la cesión al haber informes contradictorios. A pesar de ello, cree que “por la
puerta trasera” se buscará una alternativa para “amparar el disparate”.
¡En toos los morros, chulo de taberna!
La catarata de insultos a los contrarios, el autobombo y la auto
excelencia que un Nieto enfermo de ira y frustración parece no tener fin y le
puede durar todo el mandato, ¡y quedan casi cuatro años!
Nieto es el mismo al que le ardían los autobuses, se le
rebelaban los comerciantes del Mercado de La Corredera, le quitaba “la mosca” a
Cajasur con un ruinoso y costosísimo
Pabellón, incensiaba a los funcionarios y acordaba con ocultación, idioma
extranjero y alevosía un contrato con una empresa de la Púnica con sobrecoste
de medio milloncejo de euros por uan auditoría de algo tan esencial como “el
alumbrado público” al que quería,
mayormente privatizar, como a todas las empresas y servicios municipales.
Nieto, al día siguiente de su última pataleta, se ha “comido
la de Totoroto” (una mierda como una moto) y debe poner proa al abandono de su
cargo para refugiarse en el primer lugar de las listas (o tontas) de su
partido, y si sale elegido, cobrar más y trabajar menos, si ello es posible.
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