“El Gran Jefe Blanco de La Moncloa ha ordenado hacernos
saber que se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado para el
presente año. El Gran Jefe Blanco nos ha
enviado también palabras de comprensión hacía nuestro retraso y nos recomienda
paciencia. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que muy poco hace para
tener nuestra amistad. No vamos a considerar sus palabras pues sabemos que no
son sinceras y las dice todos los años. El Gran Jefe Blanco de La Moncloa podrá
confiar en los fieles diputados de su partido en esta autonomía con la misma
certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables
tienen su perruna fidelidad.
¿Cómo se puede relegar más a una región que a
Andalucía? Es imposible. Esa es para
nosotros una realidad a la que ya estamos acostumbrados
Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor
del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga acabar con ellos en Andalucía?
Cada pedazo de esta tierra es sagrado para nosotros. Cada
cala de la costa, cada puñado de arena de las playas, cada pueblo al pie de la
montaña, cada rayo de luz en la
amanecida o cada flauta de las marismas son sagrados en la memoria y vida de nuestro
pueblo. La música del flamenco que nos emociona lleva consigo la historia de
cada uno de los andaluces.
Los Presupuestos del Gran Jefe Blanco olvidan las
necesidades de este pueblo, que se muere de hambre y paro aunque baile en
romerías y ferias. Nuestros exiliados
por el hambre jamás se olvidan de esta
tierra, pues ella es la madre de todos los andaluces. Somos parte de su decir, sentir y pesar y todos ellos son parte de nosotros. Las
flores perfumadas de los Patios de Córdoba son nuestras hermanas; los arrayanes
de Granada, en brezo de Cazorla o los castaños de Galaroza son nuestros
hermanos. Los picos rocosos de Sierra Nevada, los surcos húmedos de las campiñas,
el calor de agosto y el vino de septiembre, todos pertenecen a nuestra misma
familia.
Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco de La Moncloa recorta
nuestras inversiones, reduce nuestras infraestructuras, relega la comunicación
entre nuestros mares y puertos nos roba
mucho a cada uno de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que los
presupuestos son “solidarios y de gran contenido social”. Y nosotros no lo
vemos. Vemos el mismo paro secular, año tras año, la misma falta de atención,
los pueblos aislados por carreteras del tercer mundo, sin industria, sin servicios,
sin escuelas y sin hospitales. Esta tierra es sagrada para nosotros. Y está
retrasada y marginada. Esta agua
brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas
agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Los que emigraron a Cataluña y Centro Europa.
Los que aquí murieron sin pan y sin trabajo. Ustedes deberían recordar que sus
ciudades fueron el centro del mundo hace centenares de años, que su cultura de
la tolerancia y el respeto a lo diferente son el máximo exponente de su
identidad y deberían enseñarla a sus niños,
en vez del etnocentrismo y la intolerancia que transmiten y que cada reflejo
sobre las aguas limpias de los estanques de los pueblos y ciudades de Andalucía
hablan de acontecimientos de paz y recuerdos de la vida de un pueblo culto y
sabio. Y que la Mezquita, la Giralda, la Alhambra son la voz nunca apagada de
nuestros antepasados.
Sabemos que el Gran Jefe Blanco no comprende nuestras costumbres.
Para él un pueblo de Zamora es igual que otro de su Galicia natal, que Lugo puede tener el mismo significado que
Huelva, pues es un forastero que llega en la noche y sólo extrae votos en las
campañas electorales. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya
la votaron prosigue su camino y hace los Presupuestos que hace. Roba de la
tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.
El retraso de los pueblos y los derechos de sus hijos son
olvidados. Trata a nuestra tierra como una hijastra o como cosas que puedan ser
compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito electoral
devorará al país dejando atrás solamente
un desierto.
Ustedes deben enseñar a sus hijos que el suelo bajo nuestros
pies es la ceniza de nuestros abuelos. Que fueron árabes, judíos o cristianos,
pero sobretodo: andaluces. Para que nos
respeten, y no digan que ésta en una tierra de vagos o de
folclóricos. Enseñen a sus hijos lo que
enseñamos a los nuestros, que esta tierra es rica y que su pobreza es inducida.
Todo lo que nos roban nos será devuelto. Si nos escupen desde sus Presupuestos están escupiendo en sí mismos.
Ustedes podrán pensar que lo poseen todo, pero su mayoría es
inestable y está fundamentada en las monedas que han entregado. Pero mañana
puede perder estas monedas y serán polvo y grupo mixto sobre la Tierra y el
Parlamento. Están contaminados por la
Corrupción y morirán envueltos en ella y en sus propios desechos.
¿Qué ha sucedido con la Justicia ? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con la Democracia? Desapareció.
La Libertad ha terminado. Ahora empieza la supervivencia en
su Dictadura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario