Una forma nueva de expoliar este país caracteriza a las
empresas eléctricas. Tras treinta años
de inventarse déficits tarifarios, hacer un recibo de la luz sólo inteligible a
sus millonarias ganancias, sentar en sus consejos de administración a ex
presidentes y corruptos varios, ahora, rizando el rizado, se han inventado - y
el ministro de turno se ha apresurado en aprobar- , digo, ahora se han
inventado un “impuesto al sol”.
Uno sin ser un militante arduo de la religión ecológica, también
tiene su corazón tendido al sol. Y allá por los finales de enero, ya busco al
mediodía, los rayos de Atón-Ra para calentar mis venas y mi espíritu, antes de
adorar –como adoro- la primavera y el verano. El sol de las 12 tostándome la piel
antes de la ritual cerveza.
Y ahora viene este ministro pepero, que se aloja en una
lujosa suite presidencial caribeña por 70 euros noche, y le pone un impuesto. ¡Hay que ser cabrón! A
estas alturas de los tiempos ya sabemos que “los populares” están dispuestos a
todo para legislar a favor de los auténticos amos de este país o cortijo, los
bancos y las compañías eléctricas. Pero,
la verdad, nunca creí que fueran a llegar tan lejos.
A mí, que también me gustan las noches de luna llena, ya me
imagino al próximo gobierno coaligado de la derecha patria, poniendo un
impuesto a la luz de luna, para que lo paguen los románticos y los poetas. Son,
los nuevos liberales, los que se burlan del cambio climático y los que practican
el capitalismo salvaje sin importarles nada salvo que haya primos que les
regalen unas vacaciones en el Caribe a 70 euros la noche.
Frente a ellos sólo cabe resistir: no pagar sus impuestos,
no comprar en sus grandes almacenes, no beber su refresco de cola y cagarse en
su puta madre. Yo añadiría que no
votarles, pero parece que las “mass media” está lo suficientemente idiotizada y
porque una barby vicepresidenta se marque una función super ensayada de baile
ya recuperan todo lo que hubieran hecho perder todos los tesoreros suizos y
todas los ratos-ratas del planeta.
Dice Manuel Vicent: “Si el mundo sigue dando vueltas al Sol
no es debido solo a las leyes físicas; el equilibrio inestable de su órbita
también podría romperse por nuestra ceguera. A estas alturas ya sabemos que un
paraíso en la Tierra sería posible si la gobernara ese dios incontaminado, que
brilla con luz muy pura cada mañana sobre los verdes valles para morir por la
tarde en la cruz de un crepúsculo ensangrentado, que en el camino se hace
clorofila en los árboles, se confunde con el aire limpio de la atmósfera,
constituye los manantiales y se vuelve azul cuando los ríos dan al mar.”
Y vienen dos corruptos, gallego y canario, y como si fuera
un simple hospital, una escuela de barrio o compañía telefónica rentable, van y
lo privatizan. Al sol.
Debería apagarse para ellos dos.
PD: El gesto de la mano en la foto vale más que un millón de
palabras.
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