Buenas noches.
Quiero, en primer lugar, daros las gracias por abrirme
vuestras casas en esta Nochebuena. Un momento que es, sobre todo, de cercanía y
de crítica; un momento para aproximarnos, para mirarnos con la voluntad y el
deseo de entendernos, para transmitir a los ciudadanos libres de este país mi voluntad de hacerlo
cada día más libre, igualitario y justo.
Hoy quiero estar a vuestro lado para compartir -en el primer
mensaje de Navidad que os dirijo- unas reflexiones sobre nuestro futuro, una
crítica de las muchas cosas que no se han hecho bien el pasado y mi decisión de
perseguir y hacer comparecer ante la justicia a aquellos gobernantes o
particulares que han defraudo la voluntad de la ciudadanía.
Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles, agravados en
España por una corrupción generalizada que incluye a miembros de la Casa Real,
empezando mi hermana y cuñado. La dureza
y duración de la crisis económica produce en muchas familias incertidumbre por
su futuro; la importancia de algunos de nuestros problemas políticos genera
inquietud; y las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de
un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto.
Los problemas que he mencionado han dado lugar a una seria
preocupación social. Al margen de cualquier celebración festiva tópica y
rutinaria ofrezco afrontar con firmeza y eficacia las causas de esos problemas,
resolverlos y recuperar el sosiego y la serenidad que requiere y merece una
sociedad democrática a la que en su día aspiramos y que los hechos han
demostrado que fueron, y son, un fraude de voluntades y esperanzas.
Y quiero añadir ahora que necesitamos una profunda
regeneración de nuestra vida colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la
corrupción, la mentira y el mal gobierno es un objetivo irrenunciable.
Pero es necesario -también y sobre todo- evitar que esas
conductas echen raíces en nuestra sociedad y se puedan reproducir en el futuro.
Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra
para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar
una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio
para aprovecharse o enriquecerse; que no seamos el referente de la corrupción y
el agravio a las clases populares en el mundo.
Los índices de desempleo son inaceptables, la subordinación
de nuestra economía a las élites financieras y los mercados, mas; nuestros jóvenes son conducidos a la
desesperación y la emigración forzosa y muchas familias son desprovistas de sus
hogares por parte de una banca ávara y despiadada, que otra parte ha sido
financiada en sus derroches y quiebras por el dinero de todos. Nuestra economía
ha sido dirigida por sicarios a sueldos de la banca mundial, y ofrece, en muy
poco tiempo, unos resultados de quiebra absoluta, con equiparación en tiempo
record a todo lo generado por nuestro PIB anual.
Es evidente, por tanto, que hay que luchar contra el paro con
otros métodos, y que el obetivo social de nuestra economía debe ser prioritario.
Basta ya de sacrificios continuados de los de siempre y del fraude fiscal
organizado en beneficio de una minoría entre la que se incluyen miembros de mi
propia familia. Porque la economía debe estar siempre al servicio de las
personas.
Por eso, desde la justicia, debemos proteger especialmente a
las personas más desfavorecidas y vulnerables. Y para ello debemos seguir
garantizando un Estado de Bienestar real, soportado en la solidaridad efectiva
al bien común.
Quiero referirme ahora también a la situación que se vive
actualmente en Cataluña.
El pueblo español, en el ejercicio de su soberanía nacional,
ratificó mediante referéndum la Constitución de 1978, que proclamó sólo las
aspiraciones de aquel momento, pero que con el transcurrir del tiempo ha
quedado desfasada de la realidad social, de los pueblos que integran nuestro país
plural, y se hace necesario una nueva que reconozca la capacidad de todos de
decidir sobre su identidad colectiva y sobre los modelos económicos y sociales.
Y sin duda, a Cataluña,
se la ha agraviado con la imposición de
una fiscalidad desequilibrada que no ha revertido en las necesidades de su
población, en beneficio de una falsa idea de unidad y centralidad, anacrónica e
injusta.
Es evidente que todos nos necesitamos. Formamos parte de un
tronco común del que somos complementarios los unos de los otros pero
imprescindibles para el progreso de cada uno en particular y de todos en
conjunto.
Nuestro país está atrasado, su economía es esclava de los
mercados y de potencias extranjeras, hay una minoría que desangra los intereses
colectivos en beneficio propio y estamos dando al mundo un deplorable
espectáculo de corrupción generalizada. Hagamos un país nuevo, abramos un
proceso constituyente donde en primer lugar la propia monarquía sea cuestionada
y sometida a referéndum popular y donde todos los pueblos que lo integran
tengan opción de decidir su adscripción de manera federal o bajo la fórmula jurídica
que responda a sus deseos y afanes identatarios.
Hay que derogar las leyes que han dejado sin derechos a la
clase trabajadora, han puesto en camino de privatización nuestra enseñanza y
sanidad o pretende amordazar libertades fundamentales como los derechos de
huelga, manifestación, reunión expresión. Hay que someter de nuevo a la decisión
colectiva las garantías y derechos de los que se ha privado a los españoles en
este reciente período de nuestra historia.
Esa es la clave de nuestra esperanza en el futuro. Una
democracia renovada soportada en la plena garantía de las libertades públicas,
en la que el bien público sean inatacable por ocasionales mayorías o embaucadores al servicio de
intereses sesgados y el pleno cuestionamiento de cualquier forma de gobierno.
Bon Nadal, Eguberri on, Boas Festas, Feliz Navidad.
Es el discurso, mas bello direcrto y auténtico que parece que sale por arte de magiade un libro escondido en las entrañas del mundo, en las cavernas guardianasde los pueblos oprimidos y sale a la luz y rescate en el mommmmmento que mas necesitamos...Hay que divulgarlo, hay que acercarlo a todos los que estamos esperando el momneto de la verdad...su mensaje es nítido
ResponderEliminarvale, hubiese sido un gran regalo si Felipe lo sacase a la luz, pero el caso es que tenemos un legado que justifica el CAMBIO. Lucas es una joya tu documento
txapeldun !!!!gracias mil por permitirnos descubrirlo !!!!