“Una senadora del PP achaca la deuda pública a ayudas a gais.”
(La Vanguardia)
“El obispo de San Sebastián compara el aborto con el despido
libre y gratuito”. (Europa Press)
A Lorca no lo fusilaron. Según RTVE, “nos dejó”. (El plural.com)
Uno, a estas alturas, no sabe si
para ser concejal, obispo o redactor de TVE se exigen determinadas pruebas de
aptitud mental o sólo basta con el carnet del Partido Popular.
Hay mucha relación en las
noticias que preceden. Las declaraciones de Luz Elena Sanín, senadora por
Ceuta, atribuyendo el incremento de la deuda pública a las subvenciones a
asociaciones como la LGTB, tienen mucho que ver con la comparación del aborto
con el despido libre y son el caldo de cultivo para que RTVE nos “informe” de
la manera que nos informa.
En el orden mental de esta
caterva de débiles mentales que nos gobierna, una deuda de un billón de euros
se ha producido por las “subvenciones a los gays”, el aborto es causa de excomunión
y animan, decretan y defiende no el despido libre, sino el esclavismo laboral, y
el franquismo no causó mal a nadie y sus medios de “propaganda” –que pagamos
todos- se encargan de hacer la abominación, virtud.
El reto al que se enfrenta en la
actualidad el Partido Popular es ahora “sólo” un poco mayor; se trata de hacer
al país absolutamente imbécil después de haberlo arruinado hasta el éxtasis y
hacer absolutamente pobres a una mayoría de ciudadanos en detrimento de una minoría,
absolutamente más rica.
Sabemos, de entrada, que no se
van a saciar, ya que este tipo de banquete solo acaba cuando han digerido la grasa y el esqueleto del último
obrero, del último pensionista o toda la letra pequeña del último derecho
social.
Si alguien vive en la categoría mental
de querer hacer creer que las “subvenciones a los gays” son la causa de un
déficit de un billón de euros y no la hacen dimitir, si un Obispo –o su
Iglesia- no excomulgan a la ministra Báñez, responsable de 600.000 despidos –mucho
más que libres- y que son equiparables a la línea de flotación de su política
sexual o TVE sigue diciendo con absoluta impunidad que “Lorca, nos dejó, tal
día como ayer” es que nuestra nuca está mordida por el Innombrable.
Ahora solo queda descifrar quien
es. ¿Rouco? ¿Aznar? ¿O Miguel Ángel Rodríguez antes de aparcar, otra vez,
borracho?
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