Llevo un tiempo sin escribir, pero no me da la gana hablar
de las elecciones norteamericanas o del caníbal de su presidente electo. No soy
ciudadano del “imperio” y ni siquiera me siento “europeo” en el sentido
trapajoso que tiene su aberrante actualidad.
En mi juventud me hice lector de Albert Camús y compartí su
aproximación al absurdo, a ese simulacro del “fin de la historia” o ese
espectro decadente al que durante demasiado tiempo se le ha llamado “democracia”.
Pero el tiempo presente es un horror. Se muere gente como
José Luis Sampedro, Saramago o Leonard Cohen y quedan vivos gente como Cospedal
o el trompetero de Chicago.
La geografía de mi alma – ¡la pobre!- la dibujó Cohen con esta canción-poema:
“Cualquier sistema que montéis sin nosotros
será derribado
Ya os avisamos antes
y nada de lo que
construisteis ha perdurado
Oídlo mientras os
inclináis sobre vuestros planos
Oídlo mientras os
arremangáis
Oídlo una vez más
Cualquier sistema que
montéis sin nosotros
será derribado
Tenéis vuestras drogas
Tenéis vuestras
Pirámides, vuestros Pentágonos
Con toda vuestra
hierba y vuestras balas
ya no podéis cazarnos
Lo único que
revelaremos de nosotros
es este aviso
Nada de lo que
construisteis ha perdurado
Cualquier sistema que
montéis sin nosotros
será derribado”.
Sobra con proveerse de libros, música y poetas y apagar
televisores, pegarle fuego a tertulias y tertulianos y mandar al carajo a este
puto sistema que, además, está en total crisis y que como dijo Leonard, “será
derribado”.
Woody Allen dijo que no iba a recoger un Oscar porque ese
día tenía concierto con su banda de jazz.
Yo no comento nada del pato Donald porque, en la proximidad de la
Navidad, me he dado un atracón de roscos de vino de Málaga y me ha subido la
glucemia.
No entiendo al pueblo norteamericano, no quiero entender a
los fascistas corruptos que gobiernan en media Europa y me producen vómitos los
ocho millones de españoles que votan a los ladrones.
Solos, en medio de este bosque de adoradores del dios poder,
que encumbra a millonarios y a presidentes tapaderas del latrocinio, tal vez la
primera cosa que tengamos que aprender es a mandarlos a tomar por culo ¿O no?
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