Declaro que soy andaluz, por
nacimiento, emoción y pasión. Que conozco (y amo) a Andalucía, desde Segura de
la Sierra hasta Ayamonte, desde Terreros hasta El Rosal, pasando por los
pueblos, ciudades, ríos, mares y cielos de La Judería, Triana, La Viña, El Perchel,
San Miguel, El Albaicín, El Zapillo…
Manifiesto mi identificación con
la idea, obra y aliento de hombres como Blas de Infante, Díaz del Moral y mi
amigo Pepe Aumente.
Manifiesto mi reconocimiento a la
identidad andaluza, su habla y su cultura, expresada por la genialidad de
andaluces universales como Velázquez, Juan Ramón, Maimónides, Machado, María
Zambrano, García Lorca o Picasso.
Dicho esto, también declaro o
manifiesto:
Mi identificación con el pueblo
de Catalunya en su derecho inalienable de decidir sobre su adscripción y
organización territorial y política, recogida en Artículo 1 de la Ley
Internacional de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos.
Mi apoyo personal, intelectual y
político a su lucha contra el rancio nacionalismo opresor castellano-
españolista, a su secular lucha en desigualdad contra la opresión de sus señas
de identidad, lengua y cultura y a la tenacidad y firmeza del pueblo catalán.
Sin ambages de ningún tipo
expreso mi apoyo a su afán de autodeterminación, soberanismo e independentismo,
que corresponden a su identidad, opinión expresada masivamente en centenares de
ocasiones, hechos y motivos.
Me declaro, emocional y
físicamente, al lado de los millones de catalanes que han expresado su voluntad
en las recientes manifestaciones de los tres últimos “11 de septiembre”. Estoy
con (la estelada) en el “Abrazo”, la “V” y las concentraciones en los
Ayuntamientos que se están celebrando en estos momentos.
Considero totalitaria,
antidemócrata, parcial e imperialista, la actuación del Gobierno, el Consejo de
Estado, el Tribunal Constitucional y los partidos centralistas y sucursalistas,
fuente inagotable de corrupción y privilegios inadmisibles. Estoy en contra que
el Estado Español se convierta en una cárcel de pueblos, sin ninguna garantía y
derecho, frente a una idea medieval de "estado" y "nación".
Supero la supuesta contradicción
de mi formación no ocultada de marxista y no considero, por simplista y
reduccionista, el movimiento nacionalista catalán como soportado y alentado
exclusivamente por la burguesía, ya que resultaría despreciador e ignorante de
la realidad social e histórica.
Como andaluz andalucista estoy
con quien defiende y ama a su tierra, su identidad, su lengua y su cultura, sin
olvidar en ningún momento la lucha y la reivindicación social ante la creciente
y expansiva fuerza del capitalismo y el liberalismo económico, puestos en
depredación de las clases populares y trabajadoras, incluida la decrépita
oligarquía catalana representada iconográficamente por el señor Pujol.
Desde Andalucía, con amor, a
Catalunya y los catalanes.
Chapeau!
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