martes, 21 de noviembre de 2017

Un pienso para pobres





Un político brasileño, Joao Doria, que aspira a la presidencia de Brasil en las próximas elecciones, ha venido a poner al descubierto lo que piensan muchos otros dirigentes de la nomenclatura.  Se ha mostrado partidario de crear o extender el uso de un pienso para pobres. Dice que lo ha probado y que “está bueno”.

En esta confusión política a la que estamos llegando, todo parece posible. Naturalmente el aspirante a mandatario de Brasil no hace su dieta diaria a base de la “farinata” con que su cerebro de calabaza quiere solucionar el problema del hambre en su país y en el mundo.

Impasible el ademán, dice que “ya se ha probado con muy buenos resultados en centros escolares y albergues para indigentes”

Uno, pensionista aún vivo, no sabe ya a qué carta quedarse. Después de renunciar a la sal, al azúcar y casi al alcohol, y mientras las nubes de fascistas  cruzan las ciudades y las cancillerías, se teme ya todo. Lo peor.

Como dicen en mi tierra, “un poner”. Pongamos que la Seguridad Social de esta desgracia de país donde vivo quiebra, como parece que ya ha ocurrido, y que los partidos “serios y responsables” que velan por el interés común, -el trío de innombrables- se les ocurre que aparte de congelar las pensiones y quitarnos las pagas extras, nos las substituyen por unos kilos al mes del “pienso milagroso”.

La ingeniería de la defraudación social avanza que es una barbaridad y hay políticos que generan el doble de la corrupción que desalojan y que estos, que ahora obtienen ocho millones de votos, a pesar de robar hasta el cáliz de la Santa Cena, de mentir todos los días del año –incluida la Cuaresma- van a las próximas elecciones envueltos en el fervor patriota de las banderas en los balcones y obtienen una mayoría absoluta: ¡Comemos pienso, por la gloria de mi madre, que diría Chiquito de la Calzada!

Ya no quiero ni saber qué es lo que ha pasado para que estas calabazas metálicas, que deciden nuestras vidas desde sus puestos de mando haya jibarizado el cerebro a una masa informe de estafados y engañados,  envueltos en una bandera con una pensión de retribución mínima y miseria máxima.

Tiene gran porvenir Joao Doria.  En un futuro todos comeremos pienso. Pobres, y cerdos, ya somos.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Don Tancredo (Cuento para tontos)







Hace unos años publiqué este post al que titulé “Don Tancredo, cuento para votantes tontos”. No sé exactamente por qué, pero se me ha ocurrido que puede tener actualidad.


Había una vez un don Tancredo que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba una autonomía y salía corriendo. Le picaba un tesorero y salía corriendo. Le picaba una caja B y salía corriendo.

Todos los don Tancredos temen a la corrupción. Pero este don Tancredo quería ser devorada por ella. Y es que don Tancredo era un idiota. No era un don Tancredo. Era un idiota.

En las noches de mayoría absoluta la luna de las aldeas da grandes bofetadas a los don Tancredos. Unas bofetadas que se sienten por las calles. Da mucha risa. Los banqueros no podrán comprender nunca por qué son estas bofetadas, pero Ángela sí. Y los don Tancredos  también.

Será menester que sepáis todos que don Tancredo es una gran trotona. De Pontevedra. Tiene una piel de plasma y encima una piel de sms y encima una  piel de “Luis se fuerte” y encima una piel de sobresueldos y encima una piel de registrador de la propiedad  y encima una piel de donaciones ilegales y encima una piel de financiación ilícita y todo. ¿Veis todo? Pues todo y además una piel de don Tancredo. Esto era lo que no sabía nuestra trotona.

¡Da risa considerar lo chorizos que son los don Tancredos! Todos tienen barba.  Todos tienen culo. Todos hacen listas. Digitales. ¿Y de las europeas?

Don Tancredo idiota odiaba los líos. Le gustaban leer el “Marca”, y dice –pero es mentira- que iba al dentista a las siete de la mañana. ¡Como si hubiera dentistas sacándole dientes a un don Tancredo Idiota a las siete de la mañana!  Pero odiaba todo lo que no era el “Marca” y los goles de Ronaldo.  Y sin embargo no hay nada más hermoso que el “ABC” y las portadas de “La Razón”.

Recién sacado de las rotativas, el “ABC” caliente, es la perfección de la noticia, felicita al führer en portada, crucifica a Carmena por unas restricciones al tráfico aprobadas por Botella y se preocupa por las gambas que se comen los sindicalistas. Es la mejilla caliente de lo que se “cuece” en este país y otros chiringuitos estatales de quita y pon. 

No quiero defender la belleza enjuta de “La Razón”, heredero del “Arriba”,  pero ya que todo el mundo alaba la pulcritud pelotera de Marhuenda y las “investigaciones a sueldo” de Inda, bien está que yo defienda al “ABC”,  contra las lecturas inacabas del “Marca de un don Tancredo idiota”.

Lo voy a decir: don Tancredo, idiota, va a seguir en su puesto. Trotando, trotando… Lo va a apoyar “Naranjito de Barcelona”. ¡Veras tú que contentos se van a poner el pelotas de Marhuenda y don Pantuflo! ¡Cualquiera los oye después del pavo los sábados por la noche!

Una noche, la luna estaba repartiendo bofetadas a los don Tancredos. El mar y los tejados y las carboneras tenían la misma luz. Una luz donde el abejorro hubiera recibido las flechas de todo el mundo. Nadie dormía. Los don Tancredos no podían más. Tenían las barbas llenas de escarcha y los barcenillas cantaban por soleares por el hueco de las bofetadas.

Tocaron las campanas de las torres porque tenían que tocar, y los cauces y los corredores y los que juegan al golf se pusieron tres veces morados y tintineantes. Empezó la lucha.

Pueblo listo. Tancredo idiota. Tancredo trotón. Pedrito idiota. Naranjito y el trío. Los tres idiotas. Coleta morada.  Tancredo “Marca” idiota.

Luchaban. Luchaban. Luchaban. Mentían, mentían, mentían. Así toda la legislatura.  Y diez. Y veinte.


Todo el país se había vuelto idiota –sí es que ya no lo era desde los tiempos de Maricastaña y el Rey Felón- .  

martes, 14 de noviembre de 2017

Las mayorías "silenciosas" y "silenciadas"




Al día siguiente de que el soberanismo volviera a abarrotar sin esfuerzo las  calles de Barcelona, Mariano Rajoy invocó de nuevo al sobado fantasma de la mayoría “silenciosa y silenciada”.
El día 8 de octubre, tras la manifestación de “patriotas” de todo el Estado Español por Barcelona, todo eran parabienes y “triunfos” de esa mayoría artificial, – aparte de autocares con manifestantes de “importación”, con bocadillo pagado, venidos de todas las mesetas-  todo eran selfies de Iceta, reunido con Albiol, Dolores Montserrat, Paco Frutos y otros representantes de Vox, Falange, nazis de “Democracia Nacional” y otros entes “democráticos”, todos en santa alianza y armonía.
Tras la manifestación de las linternas de 750.000 catalanes de pata negra del sábado,  por la libertad de los ya numerosos presos políticos, Rajoy –en una clara actitud de “losser”, perdedor, en el lenguaje de las redes-  vuelve al tópico.  Rajoy se irroga la representación de todos los no manifestantes y se los apropia en nombre del sexto partido más votado de Cataluña, -casi una peña de amiguetes- .
Su “mayoría silenciada” no lo será por el tratamiento informativo que recibe de “su TVE”, – que pagamos todos, incluyendo los que preferiríamos el potro del tormento a equipararnos con esta chuma corrupto-pepera- y del resto de medios informativos propiedad del IBEX y de los bancos. Los que ponen en primera plana su manifestación hortera de Manolos Escobar y cabras de la Legión y que ignoran –ni una sola imagen- una manifestación de tres kilómetros que aparte de asombrar a Europa demuestra una capacidad de organización, respuesta social y articulación que hace del pueblo catalán la envidia de todas las anquilosadas izquierdas del planeta mundo.
El subconsciente lo delata. Rajoy y su inexistente “bloque constitucionalista”, lo ven negro. Salvo pucherazo monumental, campaña electoral difamatoria con esos “medios desinformativos” desbocados, el 21 de diciembre se obtendrán resultados muy parecidos a los que hicieron posible un Govern, ilegítimamente destituido por unos principios legales que no aparecen ni en el totalitario artículo 155, invocado por la banda pepera.
Utilizando su propia técnica, derivada de su cochambrosa arquitectura mental,  el PP obtuvo en las últimas elecciones el 33, 03 % de los votos emitidos, con una participación del 69, 84 % del censo electoral. Con lo cual los votos reales de electores al PP es del, 23, 06 %. Quiere decir que un 72, 94 % de los españoles somos “mayoría silenciosa y silenciada” de sus políticas neoliberales y autoritaristas, lindando en el fascismo puro de oliva. ¡Y silenciarnos, sí que nos silencian!
Si no nos dieran vergüenza ajena y asco, los argumentos de Rajoy dan pena. Intelectual y políticamente. Ahora utilizo lo de la “mayoría de los españoles” y en otro momento lo de la “mayoría silenciosa”.
¿Habrá que esperar otros cincuenta años para que vuelva la decencia a la política?

sábado, 11 de noviembre de 2017

Indiciariamente




¿Ha cobrado “M. R.” de esa trama?, le preguntan.
«Indiciariamente, sí», responde.
Indiciariamente, podemos concluir que el partido “XX” lleva años robándonos a manos llenas.
Indiciariamente, podemos señalar que “M.R.” eligió auparse sobre una comunidad para desviar la atención de sus corruptelas, que eligió la inacción permitiendo que la tensión se fuera avivando, que no le importó que los sentimientos de los ciudadanos se llenaran de desprecio y de indignación, que no ha cejado en su empeño a pesar de haber erosionado la convivencia hasta límites alarmantes, llegando a despertar la extrema derecha.
Indiciariamente, nuestros gobernantes han sido indignos de sus cargos.
Indiciariamente es «Corrupción en estado puro».
Indiciariamente, “M.R.” y compañía son una vergüenza.
Indiciariamente el partido “XX” tiene 900 cargos investigados por corrupción y 150 procesos judiciales abiertos.
Indiciariamente una Justicia independiente debería ilegalizar al partido “XX”.
Indiciariamente un Fiscal General no comprado debería querellarse en nombre del pueblo robado contra quien lleva décadas financiándose ilegalmente, concurriendo dopado a comicios electorales y usando el dinero público como soporte para su estructura ilícita.
Indiciariamente se trata de una organización criminal, constituida para delinquir desde cargos públicos
Indiciariamente el partido “XX” es una organización que ha operado durante mucho tiempo hasta llegar a parasitar las administraciones»…
Indiciariamente nos toman (justamente) por tontos.
Indiciariamente, el partido “XX”, el partido de todos los nombres de la corrupción, sigue ganando en todas las encuestas.
Indiciariamente vivimos en la cultura de la mentira.
Indiciariamente, nos gusta que nos roben.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Más dura será la caída.






Frente al portal de la mansión donde vive el Fiscal esperaba un furgón policial a las nueve de la mañana. El país empezaba a esta totalmente colapsado y las emisoras de radio seguían pronosticando el caos para el resto de los días. El Fiscal había intentado llamar infructuosamente a “su” autoridad desde la madrugada. Pero las noticias eran alarmantes. Una rebelión de jueces y fiscales había dado un golpe de estado. Él era acusado como prevaricador mayor por atribuir delitos manifiestamente injustos y por llevar a prisión a personas inocentes en connivencia dolosa con una jueza de su misma ideología. Rebelión, sedición, y una decena de delitos inventados, frutos del odio y la xenofobia,  a mayor beneficio de una organización para delinquir, que adoptaba el falso nombre de “partido”.  “Popular” por más señas.

Los servidores del nuevo orden aporreaban su puerta. Las televisiones de un nuevo abril de claveles en las bayonetas anunciaban detenciones y dimisiones. Algún informativo inconexo hablaba de la ilegalización fulminante del partido supercorrupto que gobernaba. De la detención de su barbudo líder, que trotaba aquella mañana por el césped de su residencia monclovita.

El atasco general se producía en las nuevas avenidas. Unas alamedas de libertad por las que huían despavoridos los rompedores de discos duros, los cobradores de sobres, los administrativos de las cajas B, los recortadores de la sanidad, la educación y las pensiones.

 Ante semejante estrépito, los coches bloqueados se hacían trabajosamente a un lado, los guardias le franqueaban todos los cruces y, tragándose semáforos rojos, a través de la inmensa barricada del tráfico volaba el furgón con el Fiscal detenido.  Iba hacia la misma cárcel en que le esperaba un antiguo fiscal anticorrupción, reprobado como él.

 Los expertos afirmaban que esta situación duraría varios días. Y que sus efectos depuratorios podían durar años, y que, tal vez, obligarían al exilio a alguna autoridad que hacía discursos por Navidad. En este momento sonaban otras sirenas, destellaban ráfagas amarillas los capós de otros furgones con detenidos. En ellos podían viajar vicepresidentas, portavoces con el aguilucho encima y periodistas comprados por el “oro de Panamá”. Otros importantes miembros de aquella “cossa nostra” que habían expoliado al país durante décadas y que habían podrido hasta las fuentes de los jardines.

Trotaban los ladrones por Pontevedra queriendo escapar de la ira justiciera. Las riberas y los “riveras” cómplices necesarios, echados en las parihuelas del delito…

 Muchos donantes de la caja B, adinerados, prohombres de la política o fachas relamidos huían en alocada desbandada, enrollándose con las banderas de las terrazas. Al final de una avenida, apareció. 
El signo justiciero. Unos soldados arrastraban un pesado artilugio. Algunos le llamaban: guillotina. Venía desde los Campos Elíseos y tenía mucho trabajo por delante.

¡¡¡Más dura será la caída!!!


NOTA.- Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia, es verdad. 

jueves, 2 de noviembre de 2017

Anónimos







Ya casi me he acostumbrado, pero tengo que hacerles la revelación de que recibo una media de 30 anónimos al día.  Por mi actividad en las redes sociales, por mi opiniones en mis blogs o por dar mi opinión sobre las cosas que me rodean.

 La mayoría de los anónimos quieren “cortarme los huevos”, “fusilarme”, “llevarme al paredón”  o mandarme a Venezuela, Cuba, Marruecos o Cataluña.

El nivel de educación en esta cosa que llamamos España –algunos con cuentas en paraísos fiscales le llaman “Patria”- no es muy alto en general y en las redes sociales, en particular, es ínfimo.  

Mientras entra el otoño y yo como membrillos y castañas asadas, todos los días tengo que limpiar mis correos de una inmundicia patriotera y olé. Los de “a por ellos” de las banderas y las montañas nevadas,  los viejos izquierdistas reconvertidos en fachas de nueva planta y los sociatas del 7% de “somos la izquierda” me hacen objeto de sus preferencias en forma de insulto macarra.

La sequía aprieta y donde más en las mentes de estos léganos de la democracia adquirida en tómbolas siniestras.

A veces, me dan arrebatos, mando todo a tomar por culo,  desconecto de estas maquinitas monstruosas y me dedico solo a ver llegar olas a la playa de mi anarquismo, creciente día a día.

Días pasados descubrí un archivo en el que no había reparado y era, cómo no, otro anónimo amenazante. Este para variar, decía: “Te voy a cortar los huevos, maricón”. Por un momento pensé que si yo fuera un zombi, que anduviera des-cojonado por ahí, creyendo que estaba vivo y que hasta escribía cosas en forma de post o artículo.

Pero pronto me di cuenta de que no, que algo no cuadraba, que yo nunca he sido maricón y que con 15 años ya andaba emborronando las paredes con pintadas sobre ese aburrimiento llamado política.

Miré alrededor y vi los mismos débiles mentales de siempre, un vecino que desayuna donde yo que no para de alabar las virtudes incontables de Rajoy, otro que es un “jartible” del Madrid y de Ronaldo y la misma lluvia antigua que no cesa.

Pensé que en realidad podía estar muerto por haberse cumplido alguna amenaza sin darme yo cuenta, y que mi castigo, mi infierno, era tener que soportar a esta gente toda la eternidad.


Y para completar mi pesadilla, yo estaba allí, cantando un himno sin letra y con una bandera bicolor en la mano. 

sábado, 28 de octubre de 2017

¿Qué aplauden sus Señorías?



Parece que hemos entrado en el túnel del tiempo. La Generalitat y las instituciones autonómicas intervenidas, el Govern cesado, los líderes sociales encarcelados, Mossos d’Esquadra controlados por la Guardia Civil, el Parlament disuelto y los principales autoridades con la amenaza de una detención inminente. La ultraderecha “patrullando” las calles entre la complacencia de la llamada Justicia y el llamado Fiscal General y unas autollamadas “fuerzas de izquierda” apoyando como esclavas de su inmoralidad política a lo más reaccionario, injusto y antisocial del último siglo de esa desgracia colectiva llamada España.
La misma persona que coordinó la salvajada habida en Barcelona el 1 de octubre, que ha escandalizado a la Unión Europea, es,  por un decreto publicado un día inhábil en el BOE, presidenta de una comunidad a la que odia y en la que ha obtenido los mismos votos que yo. Ninguno.
El grave atentando contra los derechos civiles y humanos del que tiene la máxima responsabilidad queda impune, envuelta en una verborrea “constitucionalista”, retrógrada y en términos de revancha del peor de los nacionalismos conocido: el franco-centralista.
Rajoy, alimentado su ego providencialista por el discurso de un Rey de derechas, árbitro casero de la nada, está en plena involución y tentado de reformar la Constitución en el peor de los sentidos posibles: la recentralización fascista de la enseñanza, la cultura, instituciones y medios de comunicación. Un evidente retroceso democrático con tintes de dictadura pura y dura. Incluso se otean en el horizonte conatos de ilegalización de partidos de ideario independentista, con lo que las anunciadas elecciones en Cataluña el próximo día 21 de diciembre, a golpe dictatorial del pseudo demócrata artículo 155 de la Constitución, pueden ser un bochornoso espectáculo de la derecha, un vodevil siniestro a mayor gloria de la involución y la caspa dominante.
El gobierno provisional de Cataluña es un gobierno ad hoc, modelo Petain: el de un partido que apenas llega al 8 por ciento de votos  y que habla, vergonzosamente,  de “mayorías” silenciosas de sofá y pensión acallabocas.
Estamos gobernados por políticos de escaso nivel, corruptos permanentes de una estructura bipartidista, fruto y germen de todas las corrupciones, que para escarnio de nuestra salud mental y política, invocan una “legalidad” y una Constitución que ellos violan y alteran cada uno de sus días.
El espectáculo del Senado, puesto en píe, aclamando una ley que es el reconocimiento del mayor de los fracasos de todos, de ellos en primer lugar, es una imagen bochornosa y aberrante. Es la confirmación gráfica y real de la inutilidad. De la política basura.
En el espejo de este alma, del “a por ellos”, ruin y cainita, sobre el aquelarre de este subconsciente de irredento fascismo en vena, se reflejaran los tricornios, las monteras, los carros perdidos, la Inquisición y la más negra España de la España más negra.
¿Qué aplauden sus Señorías?