lunes, 30 de enero de 2017

Florentino







Si yo me llamara Florentino haría contratos con el Estado en los que nunca perdería nada. El lucro estaría garantizado. Podría hacer una plataforma submarina para almacenar gas y cuando los terremotos hicieran temblar a media cuenca mediterránea, retirarme y cobrar 1.700 millones. De euros.  Al contado y pronto. Tendría la presidencia de un club de futbol o estafa piramidal y en el Palco de su estadio cambiaría sándwich de pate de ganso por un contrato para hacer un túnel en los Pirineos o el AVE a La Meca. 

Si yo me llamara Florentino pondría cara de demócrata y de no haber financiado nunca al partido que gobierna, de que la secretaria de mi Junta Directiva, abogada del Estado, persiga fiscal, civil y penalmente a la estrella del equipo rival, mientras le hacía cosquillas a la evasión a un paraíso fiscal de 150 millones de los derechos de imagen de la estrella musculada del mío. 

Si yo me llamara Florentino mandaría en la sombra en este país, mitad de chorizos, mitad de imbéciles, grado diez, y las gaviotas sonarían en el interior de mi conciencia, la cual formaría parte de la niebla, las dunas y mis empresas protegidas. 

Si yo me llamara Florentino haría como el presidente del equipo, rival local, y le compraría un ático en Estepona al presidente de mi Comunidad Autónoma o Mafia Genovesa que me ingresaría por la venta y reventa de unos derechos televisivos una pasta gansa.

Pero yo he nacido en Andalucía, donde de los perros se hace longaniza. Donde la mitad de la población o está sin empleo o es pobre. O las dos cosas a la vez. Y estoy condenado a soportar el fulgor de estaño de todos los demagogos con carnet de social-liberal, se llamen Felipes Caribes o Susanas Carajacas y no creo en las excelencias políticas ni de la madre que me parió.

 Y, por regla general, a mí se me aparece Dios cuando como los boquerones en vinagre  envueltos en la luz de aceite de oliva de la Taberna de la Beatilla.  En esta tierra, la verdad no habita en el cerebro ni en el partido de nadie. Todo está tan envuelto en mentira que resulta una labor muy ardua descubrir cien gramos de verdad.

 ¿Acaso Florentino no es como un Dios del Olimpo que forman el “ABC”, Tele-5 y “La Sexta-Noche”? ¿Acaso Florentino no se forra cada jornada con  una ráfaga de inmortalidad extraída de los presupuestos y los dineros, las miserias y el hambre de todos? 

Florentino es como un tomate verde, que nadie se atreve a hincarle el diente. Es como Berlusconi en versión M-30. No se mete en tantos líos de faldas y cobra y recobra por las autopistas ruinosas.  En este momento, por ahí delante pasa Dios. Digo, Florentino.

Lleva a un colegio arbitral, tres fiscales y dos jueces y medio cogidos de su hocico. ¡Es Dios, no lo estáis viendo! ¡Mariano, Susana y la Gestora lo adoran! 

No hay que morirse todavía. Florentino es inmortal. Ha echado a veinte entrenadores, doce proyectos deportivos y ha cobrado 3.700 millones en indemnizaciones.  Uno siempre podrá huir, tomarse un medio de moriles a la  hora de gloria del mediodía y Florentino estará ahí.

Si yo me llamara Florentino, cualquier día de estos me iba a tomar por culo.

viernes, 20 de enero de 2017

¡Vergüenza!





¡Nos cobran la luz un 42 % más cara en dos días y los jueces encarcelan a un twitero por escribir tres chistes negros!  ¡Vergüenza!

¡Pagamos 500 millones de pesetas del dinero de todos para que una diva no revele su relación amorosa-sentimental-sexual con una persona muy importante del Estado y se incrementan las pensiones un 0,25 %!  ¡Vergüenza!

¡Una familia completa, con sus seis miembros imputados en evasión de capitales, prevaricaciones, desfalcos, administraciones desleales, vive en total libertad sin que ninguno de sus integrantes haya pisado la cárcel y condenan con dos años de prisión a un joven que encontró una tarjeta de crédito e hizo un gasto con ella por valor de 78 euros!  ¡Vergüenza!

¡El Tribunal de Cuentas ve importantes indicios de perjuicio al bien público en la compra-venta de un millar de viviendas por parte de un Fondo-Buitre y un juez dice que “no se aporta nada nuevo”!

¡El 84 % del sistema fiscal de un país se sostiene con los impuestos que pagan las familias y las rentas del trabajo, y las grandes fortunas y las empresas aportan el 16% restante! ¡Vergüenza!

¡Tres personas detentan en ese país el mismo nivel de renta e ingresos que un 30% de la población y ha crecido la desigualdad social en cinco años un 37 % hasta convertirse en el segundo país más desigual de Europa! ¡Vergüenza!

¡Un gran almacén del sector servicios –el mayor- se jacta de no haber pagado el Impuesto de Sociedades en cinco años y sus trabajadores padecen maltrato laboral y psicológico y nunca se le ha inspeccionado ni multado! ¡Vergüenza!

¡El Presidente de un Gobierno dice en sede parlamentaria que “no se va emplear ni un céntimo en rescatar a la Banca", se emplean 60.000 millones y no pasa nada! ¡Vergüenza!

¡El presidente de un equipo de futbol y empresario predilecto del Gobierno recibe 3.700 millones del dinero de todos por la cancelación de obras de depósitos submarinos de gas, túneles sin terminar o autopistas ruinosas mientras cierran 19.000 empresas de autónomos por no poder hacer frente a las cotizaciones a la Seguridad Social!  ¡Vergüenza!

¡Un ex presidente del Gobierno privatizó las empresas eléctricas, desde ese momento el precio de la energía ha subido un 80 %, años más tarde formó parte del Consejo de Administración de una de ellas, hoy vive fumando puros en un yate atracado en el mar Caribe! ¡Vergüenza!

¡Los pensionistas ven incrementada su pensión un 0,25 % con una pérdida del poder adquisitivo del 7 % en los últimos cuatro años. La electricidad sube desde el mes de abril pasado un 40 %, la bombona de gas butano un 20 % (7 % en el último mes) y el gobierno estudia un nuevo aumento en el copago (repago) de los medicamentos. El sueldo de los miembros del Gobierno sube 4 veces más que las pensiones! ¡Vergüenza!

¡El libro más vendido del país es el de una tertuliana de un programa basura que es analfabeta, conceptual y culturalmente, y el programa en el que interviene es el más visto en su tramo horario! ¡Vergüenza!

¡Ocho millones de electores hacen que el Partido y el Gobierno que toleran, alientan y permiten este estado de cosas sea el más votado en las tres últimas elecciones celebradas! ¡Vergüenza!

martes, 17 de enero de 2017

Han tardado cinco mil días





Han tardado cinco mil días. El Gobierno de España, experto en hacer encaje de bolillo con la dignidad, ha tardado cinco mil días en pedir perdón a los familiares de las víctimas del Yakolet-42.

Dolores de Cospedal, acosada por la oposición y por la presencia en la Comisión de Interior de los familiares doloridos, ha perdido perdón. Con pocas ganas y remitiéndose al dictamen del Consejo de Estado, renuente, ha reconocido, implícitamente,  que el Gobierno de Aznar y de Rajoy se equivocó. Qué jugó con la vida de 75 soldados españoles en un avión chatarroso, sin seguro y financiado, como todo “lo” de su partido, obscuramente.

Después de todo la Iglesia Católica tardó siglos en pedir perdón por haber condenado a Galileo y ahora habla de no adoctrinar a los niños en las escuelas cuando lleva 20 siglos acoquinando con el Dogma y haciendo verter sangre con lanzas, anatemas, excomuniones, torturas y hogueras a quien se varie una coma de su Fe en forma de Dogma Infalible.

Aznar, con su vicepresidente Rajoy, presidieron un gobierno que hacía rotundas profesiones de fe de patriotismo, respeto a la Ley y exactitud fiscal, pero un venado de catorce puntas, Federico Trillo, contrataba vuelos con informe contrario de los expertos, libraba 140.000 y se pagaban 39.000. Se perdían, por la Patria y el Rey, 100.000 en el camino y un jabalí con colmillos de oro, Rodrigo, se enriquecía en oro y diamantes desde el ministerio de Economía.

El sacrificio de la Loly, una política de calendario para la fauna pepera, pasando del diferido simulado a admitir la mortal equivocación de sus correligionarios, quiere tener dimensiones expiatorias. Imposible. Esta tarjeta postal no puede sorber todo el fluido mentiroso, que arrastra grumos de 75 muertes, que ha producido un nombramiento de embajador, dos indultos generosos y una general tomadura de pelo a la ciudadanía.

Se ve a la Loly sometida a una prueba inútil: dar la cara por los que nunca la dan.  Por tapar la responsabilidad de los que llaman “eso” a la muerte gratuita de 75 personas vestidas de uniforme o por los que, quizás, en un oscuro mensaje dijeran al mayor responsable: “Se fuerte, Federico”

Para ser Juana de Arco hace falta más coraje. Y más vergüenza.

Han tardado cinco mil días.

jueves, 12 de enero de 2017

Versión de "La Casada infiel"





"Y que yo me la llevé al río
creyendo que era rojuela,
pero tenía “marido”.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
no volaban gaviotas
y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como roucos catecismos.

El gallardón de su enagua
me sonaba en el oído
como un sobresueldo doble,
finiquito deferido.
.
Sin Bárcenas y sin Arenas
y la Cospe en diferido
un horizonte de perros
ladra desde el peperio.

Pasada la calle Génova
los sobres y el voto timo
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quité a Julio Anguita.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el carnet de Comisiones,
Ella, sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni las cuentas de Suiza
relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban
como rajoys sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en facha de nácar
sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por rojo,
las cosas que ella me dijo
la ley de tal Fernández
me hace ser muy comedido.

Sucia de encierros y desahucios
yo me la llevé del río.
Con el Rouco se batían
Los abortos y los cirios

Me porté como quien soy.
Como un rojo muy legítimo.
Le regalé un manifiesto
grande, todo rojizo,
y no quise enamorarme
porque siendo toa pepera
me dijo que era rojuela
cuando la llevaba al río."

sábado, 31 de diciembre de 2016

Cuatro sonetos para un fin de año








Soneto a quién yo me se

“Rosa, alcaldesa, muerte viva
en vivo traicionó a sus electores
llevándose el asiento con clamores
se fue al PSOE sin pagar el IVA.

Sillón inmortal. El cargo inerte,
ni conoce fidelidad ni la evita.
Corazón interior no necesita
solo sentar su higo en plena suerte.

Pero yo te sufrí en la alcaldía
falso populismo sin cintura
procesión y peña en la noche fría

Llena pues de palabras tu locura
miembros y miembras, tu decías,
tránsfuga de tú idea oscura.”


Soneto a un bigote

“Cierto bigote en forma peregrina
se metió a gobernar siendo pepero
y muchos mangantes lleváronse dinero
y en Génova se les dio la disciplina.

Buscose botella tonta, tontina
y en las Azores hizo de barbero
buscando armas siendo herrero
y hablando tejano en la cocina.

A “destrucción masiva”  llega
este  metro y medio, guerrero
Sinvergüeza,  justamente vano,

que en oro engasta, tanta ignominia,
Rato y Faes a  donde pega:
que tanto roba a castañas y gusanos.”




El oro de Montoro.

“La llave de la caja por ser más “diestro”,
dieron al tal Cristóbal, y por cercano
amigo de los que evaden por su  mano,
pues le tienen en España por cabestro.

Aunque en esto de indultar es el maestro
y de evasores es muy cercano
a Panamá se fue el muy “cristiano”
con las cuentas offshore sin secuestro

Pero como nunca hombres han visto:
Un uno por ciento sólo han pagado
marqueses, franquistas y futbolistos.

Esta Hacienda es un “cerrado”
donde de los ricos no paga ni  Cristo
y defraudan a casquillo quitado.”


Soneto a Carajaca

“Del derechamiento que padece
De las “conquistas” que presenta,
Del “izquierdismo” que aparenta
Le viene a usted el morro, me parece.

Muy menguada, Carajaca, lo que ofrece,
para después tenerse tanto en cuenta,
ni para pretender ser la tormenta
cuando sólo un chorrito le florece.

Que usted sabe muy bien doña Susana
a quien apoya con tantas “ganas”
del coro, su partido, iría hasta el caño.
del coro, su partido, iría hasta el caño.

Y del caño, quizás, iría hasta el coro,
en un ir y venir, Javier, tesoro,
con Gestoras, con votos y sin  escaños.”

jueves, 22 de diciembre de 2016

Una visión distinta de la navidad







Cuando yo era pequeño la celebración del ciclo de la Navidad (Nochebuena, Año Nuevo y Reyes) constituía el máximo lúdico y festivo al que podía esperar.

Conforme fui cumpliendo años fui perdiendo grados y empatía hacia aquel ceremonial  y, ahora, con un buen paquete de ellos, puede decirse que el equilibrio está más próximo al repudio que al festejo.

No entiendo los “deseos de felicidad” a plazo y fechas fijas.  No soporto la hipocresía del comportamiento caritativo y humanitario entre el 22 de diciembre y el 6 de enero y la vuelta a la jungla depredadora el 7 de enero. No comparto esa fiebre consumista por decreto comercial, de las multinacionales del gasto y de las “cadenas” –en su doble sentido- televisivas.

Me parece insoportable esos deseos de “paz” y “amor” cuando los dirigentes de este sistema socio-político-cultural mantienen la guerra en el mundo en treinta y dos países, cuando hay cerca de 50 millones de exiliados y refugiados políticos viviendo en campos de hacinamiento o exterminio, cuando por un quítame allá unas pajas religiosas, se mata, bombardean y reducen a escombros ciudades y países. 

“Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad” dice el peristilo de esta tragedia. ¿Gloria a qué Dios? ¿Al que permite esta barbarie? ¿Al que sacrifican en el ara del hiperconsumo derrochador una minoría de privilegiados de Europa y América? 

¿Dónde están esos “hombres de buena voluntad? ¿Quizás en Alepo? ¿O tal vez en Turquía? ¿O en los Consejos de Administración de las cincuenta multinacionales y bancos que dominan el planeta?

Su “buena voluntad” se manifiesta en un afán infinito de lucro, derroche y exterminio del mundo y sus recursos.

Todo son cenas, regalos y discursos. Luces donde en realidad habita la sombra y la oscuridad de la miseria, el paro y el hambre. 

He llegado a un punto en que me molestan las luces de Navidad, el tan siquiera pasar por la puerta de los grandes almacenes, iconos de la falsedad y la gilipollez consumista. De alguna manera me molestan las felicitaciones navideñas, la lotería, el ritual del sorteo y sus celebraciones, detrás de esa aparente felicidad del premiado, están las hipotecas sin pagar y el desempleo de la mayoría de los no premiados.

Y el recurso imbécil de que lo mejor es “tener salud”. Cuando eso, la salud, nos la están robando y privatizando, día a día, hora a hora. 

Esta civilización, esta cultura del anuncio del perfume con cara de cordero degollado de los actores,  del cava de las burbujas de oro y de la exaltación del atiborramiento de mariscos, teatral e hipócrita, están podridas por la base, y tenemos que compartirla con una caterva de idiotas y pequeños y grandes canallas.



Posdata. Agradezco las felicitaciones que me hagan, pero no esperen  que les desea Felices Fiestas.