domingo, 29 de noviembre de 2015

20 de diciembre




No es que sea la “ex mujer de…” es que es una persona humana y una luchadora, tangible, de primer nivel.

Sacrificada, callada, imaginativa, femenina y feminista, ha sufrido una de las mayores desgracias que puede tener un ser vivo: perder a un hijo en una maldita guerra.

Cincuenta años maestra, directora de centro escolar público, de barrio, -la he “sufrido” reclamándome el pago de la factura de la calefacción de “su” colegio-, cordobesa de Bujalance, conoce la realidad de la infancia y de las APAS como si los hubiera parido a todos.

Inspectora de una calidad educativa que nos duele a todos. Madre de tres hijos, convertidos a su vez, en testimonio de lucha individual y colectiva.

Ciudadana y cargo público ejemplar, no admite influencias ni dominios, fieramente humana, desdeña los envoltorios y la etiquetas.

Jubilada (a los setenta) a su pesar, sueña con su escuela y sus niños que “solo” comen en el comedor escolar.

Lectora empedernida, paseante incesante de las calles recoletas, serenas, humildes y regadas de su ciudad, nunca ha dado –ni dará- una voz más alta que otra.

Cree en una sociedad mejor, cree en el empoderamiento de las clases populares, cree en la izquierda, cree en el poder del pueblo, cree en la vida.

Cuando otros habrían tirado la toalla y la cuchara, ella, a pesar de algún infinito dolor, está en la brecha. No es de las que luchan un día. Ni un mes. Ni un año. Luchan toda la vida. De las imprescindibles.


¿Habrá alguien mejor a quién votar?

viernes, 27 de noviembre de 2015

Mi mochila




Una infancia oyendo “La Pirenaica”,  una juventud leyendo el “Manifiesto Programa”, un megáfono a pilas que apenas aumentaba la voz, reuniones clandestinas en La Palomera, correr delante de los grises el 30 de abril, aprender de Manolo Rubia, entro en “las Juventudes”,  un sindicato independiente de la patronal, los partidos políticos y el gobierno.

El Jurado de Empresa, las asambleas de las 11, el miedo escénico, “te vas a ganar treinta años de estancia en el Hotel Sol”, “quedamos a las doce enfrente El Santuario para hacer la pintada”, Aborto legal, Martín Villa lo es. Cojo el carnet del “Partido”.

El despacho laboralista, firma la demanda, “tú hablas a la Asamblea”, una treenka con botones de hueso, el contacto de Madrid, la glorieta de Atocha, el periódico “Informaciones” de ayer debajo del brazo, Bar “El Brillante”, la detención, “sí, soy de Comisiones”.

Vamos a la mani. La compañera liberada. Una buhardilla en la calle Libertad. El “39”donde la música es de Aznavour.  Me estreno con el amaretto. El pub “La Boheme”. Ese tío es de la Social.

¡Compañero, únete! Una camisa de hilo. El mar. Tengo la piel quemada. La playa al atardecer. Asamos sardinas en la arena y gritamos: ¡Dolores a Madrid! Oímos las olas de púrpura.

¡Como mancha esta vietnamita! Tira ya el cliché. Saca quinientas. ¡Amnistía y Libertad! Hay que buzonear el barrio de Cañero. Duermo en Villaverde, en casa de Marcelino. Quedo con María Amor. El informe económico lo hará Cienfu. El proyecto de convenio hay que debatirlo en la Asamblea.

Conferencia en “el Juan”. Cuidado, viene el “Cara Rana”, el que torturó a Ani. Me llama Julio. No se dice nada de la lucha del metal. Me caen bien los anarcos. Leo a Bakunín. Vamos a negociar con el Comité Intercentros. Salce coordina.

Un cuarto de siglo en la lucha sindical, negocio convenios, hago huelgas, doy charlas, voy a intentar convencer a los huelguistas del campo en Bujalance. Vuelvo a las dos de la madrugada. Tengo frío. Y hambre.  Lucho, luego existo.

He aquí el inventario de mi fe.

Esta es mi mochila.



martes, 24 de noviembre de 2015

Dos hipótesis razonables sobre la crisis y el terrorismo




Nos dijeron que había una “crisis económica”. Era mentira. Fue un invento de los “mercados” para enriquecer a una minoría, aburrida de ganar “poco”. No era crisis, era una estafa.

Hablaron de las “subprime” y de quiebras piramidales de bancos, cuando lo que querían era esconder el inmenso gasto de la guerra de Irak y el boom artificial de ganancias de las empresas de armamento. Explotaron burbujas insostenibles y millones de ciudadanos de países pobres sufrieron el exilio y el hambre.

Nunca se ha generado mayor desigualdad en el mundo. Nunca los ricos han sido tan ricos y los pobres tan pobres. Millones de personas han perdido sus empleos y la capacidad adquisitiva de sus salarios en el mundo para cumplir los designios, diseñados en moqueta, en las cuentas y en los despachos de una élite mundial.

Millones de trabajadores de todo el mundo han visto recortados sus derechos laborales, adquiridos en una lucha de siglos por una falsa crisis, diseñada y ejecutada como una estafa planetaria.

Ahora, visto el éxito obtenido, vuelven con el pretexto del “terrorismo”, que ellos han creado, alimentado y financiado, a plantear una reducción de las libertades a escala mundial, a convertir las ciudades y los países en “estados de sitio”, dominados por las metralletas, la policía y los ejércitos, en un clima belicista, soportado por una propaganda mediática, comprada, amordazada y financiada a su medida.

En unos días, por ejemplo, las libertades de los franceses han retrocedido siglos, el gobierno belga ha hecho el más espantoso de los ridículos, acantonando con tanques las calles, cerrando escuelas y metros. Con el siguiente resultado: un juez ha puesto en inmediata libertad a 19 de los 20 detenidos en un bochornoso estado de excepción.

Contrariamente al mensaje que se da en televisiones y prensa, el gran peligro para la libertad, no son sus “fabricados” terroristas de importación, inventados por sus servicios secretos, el gran peligro son los gobiernos, la derecha recalcitrante atrincherada en sus múltiples negocios corruptos despojando a las constituciones de sus garantías y a los ciudadanos de sus derechos y libertades.

Han diseñado un mundo sin otra razón que el negocio especulativo y la voz de las bombas y los cañones matando inocentes.


Lógicamente, todos estamos en grave peligro. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Los peores atentados de Paris son a la inteligencia





El chauvinismo francés les ha llevado siempre a unos muy reconocibles delirios de grandeza. Cierto que momentos cumbres de la humanidad se han desarrollado en Francia y franceses son personajes decisivos en la evolución del planeta.

Pero el papel relevante de Francia como eje del mundo pasó. Ni su realidad demográfica, ni económica,  ni política, ocupan hoy una posición que nos lleve a pensar algo que a los gobernantes franceses, de distinto signo, aterroriza: que no son una “potencia mundial de primer orden”.

Y mientras tanto, la “grandeur” perdida hace estragos.  Ya no tienen un imperio colonial, Dien Bien Phu fue mucho más que el canto del cisne y su política exterior es errática. Ora está como el miembro más belicista de la OTAN, que cómo el más pasivo.

Entre Mitterrand y Sarkozy han dejado una Francia lista para Le Pen.  No “estuvieron” en Irak pero sí en Libia. Cuando los servicios de inteligencia norteamericanos, británicos e israelíes crean el ISIS, como forma alambicada de garantizar unas guerras y un mercado de armas “sostenible”, del que como en el laboratorio del doctor Frankestein les ha salido un monstruo al que no controlan, Francia va y crea “Boko Haram”, que es lo mismo pero aplicable a África. Pero más sanguinario y en países más pobres.  

Ahora el mundo –para oculta satisfacción de los franceses- vive pendiente de su metrópoli. De sus atentados y de sus excesos. De cómo se liquidan derechos fundamentales que ellos y la humanidad obtuvieron en 1789 por mor de una manipulación propagandista del terror, del que sus dirigentes no son, en nada, ajenos.

Vienen desarrollando una vergonzante guerra colonial en Centro África (Togo, Chad, Malí…) que nadie denuncia y todos ocultan.

Todos sus gestos son de imitación. Si un disminuido mental como Bush, tras los sospechosos atentados de las Torres Gemelas, ordena un bombardeo contra un país que no tenía nada que ver (Afganistán), Francia se embarca en una guerra aérea en Siria tras el horroroso atentado de París. Si se “inventan” el ISIS, ellos hacen lo propio con Boko Haram.

Estos locos occidentales, y sus capitalistas empresas, van a acabar con el planeta. La globalización era esto: que tres tontos la baba, pendientes de su Bolsa, pongan en guerra, en peligro y en muerte a esta desgracia de astro.

Su Frankestein particular ha asaltado hoy un hotel en Bamako, ha hecho 180 rehenes y ha dado muerte a 25. Y esto no ha hecho sino empezar.


El principal problema del mundo no es el terrorismo, sino la estupidez 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Terrorismo? ¿Qué terrorismo?




En las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo los expertos en energía de los países occidentales pronosticaron –probablemente en error- el agotamiento de los “yacimientos fósiles” a mediano y corto plazo.
Este hecho, basado en los niveles de los pozos de Texas y Nuevo México, dio la voz de alarma en las economías capitalistas de Occidente, que impulsaron a sus gobiernos a la búsqueda desesperada del control del petróleo y el gas en otros países, vía militar incluida.
La guerra del Golfo Pérsico (2 de agosto de 1990 – 28 de febrero de 1991) fue una invasión de Irak  por una fuerza de coalición organizada y armada por los Estados Unidos compuesta por 34 países, una auténtica guerra de rapiña por las materias primas,  que contó con el bochornoso beneplácito de las Naciones Unidas y que tomaba como pretexto la anexión iraquí del Estado de Kuwait.
Paralelamente se desarrollaba en Afganistán, el país del mundo con mayores reservas de gas natural  la Primera  Guerra de Afganistán (1978-1992).  El conflicto transcurrió entre el 24 de diciembre de 1979 y el 15 de febrero de 1989, tiempo en el que se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán (RDA) apoyadas por el Ejército Soviético contra los insurgentes muyahidines, grupos de guerrilleros afganos islámicos apoyados por numerosos países extranjeros, destacando Estados Unidos, quien les proporcionó ingentes cantidades de armas y dinero.
Las muyahidines era un grupo de fundamentalistas del Islam, claros antecesores de los actuales yihadistas, que fueron apoyados, entrenados y armados por el gobierno norteamericano, siguiendo los designios de la CIA, que había encontrado en Osama Bin Laden el líder natural para combatir la presencia soviética en el país a un precio relativamente reducido.
Después de un bloqueo de diez años al espacio aéreo de Irak, llevado a cabo por las fuerzas inglesas y norteamericanas y que produjo según estimaciones la muerte de un millón de personas, (600.000 de ellas niños) por carencia de alimentos esenciales y medicinas – es célebre la foto del hospital que empleaba petróleo en vez de alcohol- el macabro “cuarteto de las Azores” decretó una segunda invasión del país con el falso argumento de “las armas de destrucción masivas” que poseía el gobierno de Sadam Hussein.
La Guerra produjo 4 millones de víctimas en la población civil de Irak y fue el caldo de cultivo para la aparición de la organización terrorista Al Quaeda, también organizada por la CIA, el Mossad y el M-16, servicios secretos norteamericanos, israelíes y británicos de los que recibieron armas y entrenamiento con la generosa financiación de los gobiernos de Arabí Saudí y Yemen.
Aprovechando el espíritu de la llamada “primavera árabe”, principalmente en Túnez y Egipto, los ejércitos de la OTAN, entre ellos España, organizaron revueltas en Libia, el país más próspero y de mayor nivel de vida en África para invadir, bombardear el país y derrocar y asesinar a su presidente, Gadaffi.  Los pozos petrolíferos pasaron a ser “alquilados” a compañías occidentales. Un auténtico expolio de la riqueza de un país realizada bajo el pretexto de “proteger los derechos humanos” de los ciudadanos. El país se fraccionó en múltiples banderías enfrentadas entre sí. Los “occidentales” apoyaron abiertamente a los grupos armados de Al Quaeda  y en la actualidad no hay un gobierno constatable, el país está en la ruina total y sus habitantes huyen en masa hacia las costas de Malta e Italia después de la 600.000 víctimas que produjo la guerra en una población inferior a los 3 millones de habitantes.
La situación en Irak, con enfrentamiento civil entre suníes y chiitas, con una paz imposible a pesar del enorme gasto que la corrupta administración impuesta por los norteamericanos hacía, era el caldo de cultivo necesario para un experimento. La inteligencia norteamericana repitió el ensayo hecho con los muyahidines en Afganistán y desarrolló la exacerbación de los sentimientos religioso-fundamentalistas.
Ejército Islámico (EI) se llamó el invento que le sirvió a un tiempo para combatir al régimen de El Assad en Siria, al que le habían declarado una “guerra civil”, importando masivos “manifestantes” provenientes de Turquía y volviendo a tocar la clave de chiíes y sunitas.
La guerra, iniciada en 2011, dura, con una increíble ferocidad hasta el momento presente.
En estas cuatro guerras (Afganistán, Irak, Libia y Siria) se ha desarrollado una estrategia falsa, no se ha solucionado uno sólo de los problemas por los que se iniciaron las acciones (auge del fundamentalismo en Afganistán, estabilidad política y seguridad en Irak, protección de los derechos humanos en Libia y derrocamiento de una dictadura en Siria).
Por el contrario, la paz y la estabilidad mundial está más amenazada que nunca, se ha armado y dotado de amplios recursos a organizaciones terroristas, el fundamentalismo islámico vive en espiral, eso sí, las empresas de armamento y las constructoras corruptas de los países signatarios de las acciones bélicas, las compañías gasísticas y petrolíferas, han hecho pingües beneficios. Que en el fondo, folclorismos religiosos colaterales, es de lo que se trataba.
¿A quién pretenden engañar los gobiernos occidentales con su discurso caduco y trucado de la lucha contra el terrorismo y la defensa libertad?
¿De qué libertad? ¿La libertad de las empresas del espíritu más capitalista del planeta? ¿El enriquecimiento en base a guerras que han producido en 14 años, 9 millones de víctimas, millones de desplazados, refugiados en infectos campos y niños muertos en el mar o en las playas del “paraíso europeo”? ¿De qué folclore de libertad hablamos?
¿Terrorismo? ¿Qué terrorismo?

sábado, 14 de noviembre de 2015

amarillo de estrellas: Don Tancredo (Cuento para votantes tontos)

amarillo de estrellas: Don Tancredo (Cuento para votantes tontos): Había una vez un don Tancredo que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba una autonomía y salía corr...

Don Tancredo (Cuento para votantes tontos)





Había una vez un don Tancredo que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba una autonomía y salía corriendo. Le picaba un tesorero y salía corriendo. Le picaba una caja B y salía corriendo.

Todos los don Tancredos temen a la corrupción. Pero este don Tancredo quería ser devorada por ella. Y es que don Tancredo era un idiota. No era un don Tancredo. Era un idiota.

En las noches de mayoría absoluta la luna de las aldeas da grandes bofetadas a los don Tancredos. Unas bofetadas que se sienten por las calles. Da mucha risa. Los banqueros no podrán comprender nunca por qué son estas bofetadas, pero Ángela sí. Y los don Tancredos  también.

Será menester que sepáis todos que don Tancredo es una gran trotona. De Pontevedra. Tiene una piel de plasma y encima una piel de sms y encima una  piel de “Luis se fuerte” y encima una piel de sobresueldos y encima una piel de registrador de la propiedad  y encima una piel de donaciones ilegales y encima una piel de financiación ilícita y todo. ¿Veis todo? Pues todo y además una piel de don Tancredo. Esto era lo que no sabía nuestra trotona.

¡Da risa considerar lo chorizos que son los don Tancredos! Todos tienen barba.  Todos tienen culo. Todos hacen listas. Digitales. ¿Y de las europeas?

Don Tancredo idiota odiaba los líos. Le gustaban leer el “Marca”, y dice –pero es mentira- que iba al dentista a las siete de la mañana. ¡Como si hubiera dentistas sacándole dientes a un don Tancredo Idiota a las siete de la mañana!  Pero odiaba todo lo que no era el “Marca” y los goles de Ronaldo.  Y sin embargo no hay nada más hermoso que el “ABC” y las portadas de “La Razón”.

Recién sacado de las rotativas, el “ABC” caliente, es la perfección de la noticia, felicita al führer en portada, crucifica a Carmena por unas restricciones al tráfico aprobadas por Botella y se preocupa por las gambas que se comen los sindicalistas. Es la mejilla caliente de lo que se “cuece” en este país y otros chiringuitos estatales de quita y pon.  

No quiero defender la belleza enjuta de “La Razón”, heredero del “Arriba”,  pero ya que todo el mundo alaba la pulcritud pelotera de Marhuenda y las “investigaciones a sueldo” de Inda, bien está que yo defienda al “ABC”,  contra las lecturas inacabas del “Marca de un don Tancredo idiota”.

Lo voy a decir: don Tancredo, idiota, va a seguir en su puesto. Trotando, trotando… Lo va a apoyar “Naranjito de Barcelona”. ¡Veras tú que contentos se van a poner el pelotas de Marhuenda y don Pantuflo! ¡Cualquiera los oye después del pavo los sábados por la noche!

Una noche, la luna estaba repartiendo bofetadas a los don Tancredos. El mar y los tejados y las carboneras tenían la misma luz. Una luz donde el abejorro hubiera recibido las flechas de todo el mundo. Nadie dormía. Los don Tancredos no podían más. Tenían las barbas llenas de escarcha y los barcenillas cantaban por soleares por el hueco de las bofetadas.

Tocaron las campanas de las torres porque tenían que tocar, y los cauces y los corredores y los que juegan al gol se pusieron tres veces morados y tintineantes. Empezó la lucha.

Pueblo listo. Tancredo idiota. Tancredo trotón. Pedrito idiota. Naranjito y el trío. Los tres idiotas. Coleta morada.  Tancredo “Marca” idiota.

Luchaban. Luchaban. Luchaban. Mentían, mentían, mentían. Así toda la legislatura.  Y diez. Y veinte.

Todo el país se había vuelto idiota –sí es que ya no lo era desde los tiempos de Maricastaña y el Rey Felón- .