jueves, 12 de noviembre de 2015

Elogio del desacato




En estos días convulsos a más de uno empiezan a salirle las grandes palabras: ”ley”, “derecho”, “ orden constitucional”, “constitución”, “unidad de la patria”…, por las orejas.

Un ciudadano puede considerarse amortizado, políticamente muerto,  cuando ya no se sorprende de nada y admite de antemano que las entelequias que nos gobiernan y nos convierten en “cosas” son eternamente duraderas.

Tengo demasiados años pero me congratulo de estar joven y vivo, en filosofía y en política, porque si me dan a elegir siempre estaré a lado de la utopía, la rebeldía y el desacato, frente a la Ley (la del Poder y los Poderosos), el Orden (el de los corruptos y de sus  mayorías parlamentarias) y el Derecho (amordazado y vertebrado en injusticia  por el poder oculto).

Un ciudadano puede considerarse descatalogado o muerto cuando decide que es mejor encogerse de hombros, agachar la cabeza y aceptar la injusticia y la corrupción como un destino del rebaño.

Si los “Mártires de Chicago” no se hubieran rebelado y “desacatado” la legislación laboral vigente nunca hubiéramos tenido la jornada de ocho horas. Si Spies, Engel, Parsons y Fischer no hubieran sido condenados a muerte por un tribunal capitalista por ejercer el derecho de huelga, nunca hubiéramos tenido “derechos laborales”. Si las “sufragistas y feministas” (entre ellas nuestra Clara Campoamor) no hubieran iniciado una actuación que aún continua, las mujeres nunca hubieran votado ni logrado una cierta emancipación. 

Si Martin Luther King no hubiera iniciado (con rebeldía y desacato) la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en agosto de 1963, y no hubiera pronunciado su famosa frase "I have a dream" (‘yo tengo un sueño’)  las personas distintas a la de piel blanca no votarían en el mundo.  Si Nelson Mandela no hubiera desacatado el poder y al “orden” legal vigente, en Sudáfrica aún habría apartheid.  Si Marcelino Camacho no hubiera convertido su vida en una lucha por la dignidad de los obreros y no hubiera dicho, por ejemplo: "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar", nos hubieran domado, doblado y domesticado.

Estoy por todas las luchas, rebeldías y desacatos de toda persona, colectivo, identidad, pueblo, parlamento o nación que se sientan oprimido, sojuzgado, robado o estafado en cualquier lugar del mundo, incluida Catalunya.

 El conformista siente que no se puede hacer nada ante la crisis y el imperio de la corrupción  y asume las promesas falaces del Gobierno como un bálsamo.  Son los valedores de la Ley y el Orden. De su Ley y de su Orden. En cambio, las personas de mente y corazón libre verán el poder político y económico como lo que es, una charca de cocodrilos a la que debe desafiar con coraje.


En la mitología, Prometeo y Sísifo, aún encadenados a rocas o subiendo moles de piedra por una montaña hicieron eterno su desacato a los dioses. Ganaron la inmortalidad. 

martes, 10 de noviembre de 2015

ROMANCE DE LA SEÑORA QUE SE EQUIVOCÓ AL GRITAR ¡ARRIBA ESPAÑA!




Esta señora de Huelva
que al PP pertenecía
se le escapo la neurona
y gritó lo que sentía:
-¡Arriba España, con Franco
el fascismo es cosa mía!
Mientras el “Moreno” jura,
diz que el viento repetía:
¡No te fíes de las fachas
que en el PP son partía!

II
El Rajoy con su  mesnada
de La Moncloa salía:
diciendo que a la Memoria
un cero le prometía.
-¡Ay de mí, que en la cunetas
estarán “toa la vía”.
 Mientras familiares lloran
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien en promesas
de los peperos se  fía!

III
La morenita onubense
más negra que Punta Umbría
parecía ser falangista
de correajes prendía:
Muy “arriba” te has subido
fascista del alma mía.
Mientras la infelice grita,
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien en las peperas
de sus gritos se confía.

IV
Ya la ponen en las “listas”
que en las “tontas” no podían
por más tierra que la echaban,
su grito la  descubría;
Rectificó al día siguiente
y dijo que no quería
que España subiera alto,
diz que el viento repetía:
¡Malhaya quien tan arriba

el fascismo le subía !

lunes, 9 de noviembre de 2015

Patriotismo unionista de bar y telediario





En días como hoy no aguanto a este país. La televisión, la radio, los demócratas, los mediopensionistas, socialistas de medio pelo, conservadores, reaccionarios, fascistas renovados y hasta rojos de toda la vida andan revueltos y coincidentes. Algo o  alguien les han insuflado un fervor patrio, modelo gol de Iniesta, insuperable.

¡España no se parte! Dicen. Y desde el camarero hasta el vendedor de periódicos se ven en el papel de los Reyes Católicos y muestran una enorme preocupación por la “unidad” de la patria.

Lástima que esos conceptos de los que los ha alimentado esa caterva-caverna dependiente de los banqueros que tenemos en este país,  no  los hayan tenido cuando el “nacionalismo”  castellano, de Madrid y sus centros oficiales, ha hecho o desecho una patria y un país a su completa medida: centralista, ombliguista, nacional-catolicista, rancio, despreciador de la periferia, folclorista, tópico y manipulado y manipulable.

Yo soy andaluz y vivo en Andalucía, no vivo en Catalunya, pero si fuera catalán o viviera allí estaría hasta los cojones de España, los españolistas, los reyes, los Jefes de Estado, los ministros y sus monaguillos.

Es que no paran. Han hecho y han gobernado en beneficio de una minoría: banqueros, empresarios de élite y casta política y funcionarial,  y nadie les ha dicho que estaban troceando España y la unidad nacional y ahora, cuando llevan tres siglos colmando a los catalanes y estos, en legítima y cabreada defensa, inician un proceso separatista más que merecido,  se les vuelve apelar al artículo 155 de la Constitución, a la “legalidad”, a los tanques, a los comandantes en jefe o a los tricornios de la Guardia Civil.

El hábito de la envidia y el recurso al autoritarismo están en los genes de esa entelequia a la que llaman, “nación española” y el asco que produce hoy conectarse a una televisión (en este caso todas son “televisiones oficiales) o tomarse un café en un bar lleno de banderas con unos colores tan cercanos al franquismo asesino, mientras una herencia biológica de especímenes despotrican de Catalunya y los catalanes, reclaman tanques y cumplimiento de la legalidad, a sangre y fuego, a un tiempo.

Le reclaman la “legalidad” a un presidente que días pasados se ufanaba en un medio público de que durante cuatro años y cinco presupuestos le ha destinado cero euros al cumplimiento de una Ley, la de la Memoria Historia, aprobada democráticamente, en un enaltecimiento culposo y culpable del delito de prevaricación.

De seguir en la dinámica que se atisba hoy en cualquier exponente informativo, puede que en este país haya, de nuevo, fusilamientos de separatistas, pero también de nuevo, los cadáveres, las cunetas y los patriotas de opereta estaremos muy “unidos”.

Todo sea por la “Unidad Patria”. O por el vinagre de tinaja.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Oigo “patria” tu aflicción





“A Franco lo juzgará la historia” dice un coro formado por Rouco, Rivera y Aznar. ¿Pero quién juzgará a ese marmolillo de Pontevedra? Desde cierta altura de la vida una vuelve la mirada a esa renta a plazo fijo a la que llaman “patria” y se va directo a la negación.

“Mi patria” no esos banqueros embozados que explotan burbujas para que se les pagamos entre todos y salen al 160 % de beneficios.

“Mi patria” no es esa basura al 3%, de políticos o comadrejas, y empresarios de lo fácil.
“Mi patria” no son esas mugrientas ideologías que defiende, a un tiempo, el hinchazón de los gastos de armamento y las cuentas en Suiza de tesoreros espabilados.

“Mi patria” no es ese relleno integrista que se pone como un basilisco por un guardia civil muerto e ignora, con desdén,  a 130.000 muertos enterrados en cunetas.

“Mi patria” y “mi presidente” no pueden ser ese jenízaro que se enorgullece en público  de haber destinado “0” euros en cincos presupuestos a una ley democrática en vigor llamada “Memoria Histórica”.

“Mi patria” no puede ser esa que aplaude en un Parlamento una liquidación de los derechos laborales conquistados en una lucha de siglos, para que cuatro ineptos de mente y esfuerzo se crean “emprendedores” o empresarios del pan de higo.

“Mi patria” no puede ser esa que recorta la sanidad, la enseñanza y el sursum corda para ellos refugiarse en las donaciones, las cajas B y los sobresueldos.

“Mi patria” no puede ser esa que hace una mordaza de la democracia, enchiquera a los robagallinas y mantiene en libertad a multimillonarios del robo y la estafa.

“Mi patria” no puede ser la Gurtel, la Púnica, los ERES, el GAL, Pujol, “Luis, se fuerte”, “la Marquesa arrolla guardias”, Mariló Montero o Marhuenda.

Si todas esas cosas son la patria de alguien, que se quede con ellas, que yo no quiero tener “patria”.


Me voy a tomarme un medio de Moriles. ¡Esa es mi única Patria!

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Denuncia internacional del robo de la Mezquita de Córdoba





Es realmente una vergüenza, propia y ajena, que cien científicos, expertos historiadores, especialistas de arte, medievalistas, profesores universitarios… de todo el mundo tengan que venir a denunciar, en nuestras propias y pasivas narices, que  “la desidia mostrada por la Junta de Andalucía y el Gobierno Central” ante el monumental expolio que la Iglesia Apostólica, Católica y Romana ha hecho, o intenta hacer, del robo de la titularidad pública de la Mezquita de Córdoba.

Bochornoso que tengan que decirnos conciencias sensibles de Boston, Nantes, Estambul, Cambridge, Lovaina, Gottingen, Marruecos, Portugal, Arizona… que el Obispado de Córdoba está “secuestrando  la memoria de la Mezquita” y “despreciando el significado del monumento”.

¿Dónde está la conciencia y la dignidad institucional de unas autoridades y representantes públicos que se eligen con el principal cometido de preservar “lo público” y que tienen el lamentable comportamiento que observamos y padecemos, desde el anterior Ayuntamiento, pasando por una inefable Presidenta de la Junta de Andalucía hasta un amparador de todos los robos, latrocinios y corrupciones que se sientan en La Moncloa y el Consejo de Ministros?

Nos están haciendo el mayor robo de la historia y tienen que venir expertos de medio  mundo a decirnos que nuestros gobiernos le están haciendo el caldo gordo a una Iglesia y unos clérigos rapiñadores.

Dicen 100 científicos y especialistas de todo el mundo: “la polémica sobre la Mezquita no tiene otro responsable que el Obispado y sus decisiones unilaterales así como el desprecio al significado del monumento, y han creado una fractura creciente allí donde existía un consenso mayoritario. Dicho consenso se rompió cuando la Diócesis inmatriculó la Mezquita como propiedad privada con una base jurídica que consideramos endeble pues la orden dada en 1236 por el rey Fernando III para que la Mezquita se convirtiera en iglesia no puede considerarse una donación regia sino una cesión de uso”. Fin de la cita.

¿Dónde está los abogados del Estado, el Fiscal General y todos esos ardorosos defensores de “la legalidad”, “el derecho” y la “constitución” en casos especiales (Catalunya) qué están tan mudos, inermes y doblegados?

 ¡Con la Iglesia –y vuestro infame pasteleo- hemos topado, Susana Díaz, Rosa Aguilar y Mariano Rajoy!

¡Qué vergüenza de Autonomía, Estado, Política, Leyes y Gobernantes del 3%!


¡Ahora ir corriendo a votarlos otra vez el 20-D que si no nos roban más es porque ya no tenemos que!

domingo, 1 de noviembre de 2015

Una visión de una obscenidad llamada Historia de España




Nos lo han contado miles de veces. Nos ha dicho que nuestra democracia y, por ende, nuestra transición han sido “ejemplares”.  Nos han martilleado los tímpanos y las conciencias.
Y ahora, con una mínima perspectiva histórica, entre el íntimo acopio de vivencias y repugnancias, vemos lo que en “realidad” fue.
Los timoneles principales del aquel fraude fueron: el Rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, Manuel Fraga y José María Aznar.  Veamos en que quedan las “raspas” de todos y cada uno.
A Juan Carlos de Borbón nos lo pintaron como un monarca ejemplar, sufrido demócrata y referencia presente de los valores morales, familiares, políticos y de la legítima continuidad del Estado y las Instituciones.
Ahora sabemos que su actuación principal fue enriquecerse multimillonariamente, cobrar comisiones de todo, medio urdir un golpe de estado, matar osos borrachos o elefantes cuando 8 millones de compatriotas se hundían en la miseria, “levantarle las faldas” a toda la que se ponía a mano y compincharse sexual y comanditariamente con una rubia alemana con la que vivió diez años, cuatro de ellos en un dúplex suizo a costa de todos los españoles.
Felipe González era la “nueva España”. Socialista profundo, estadista, igualitario, mecenas de la igualdad social, y ahoraconvertido en espectro, gordo y fofo, lo vemos en un yate caribeño, defendiendo a cárteles de la droga, mejorando la presente a dictadores como Pinochet, anticomunista rancio, con la ideología y la mente podrida, cercana a su primera y franquista juventud.
José María Aznar era la “gran esperanza blanca de la derecha”. Aglutinador del centro y la extrema derecha, joven, renovador de gestiones y eficacias saturadas.  Hoy lo vemos en su realidad y su salsa: comisionista del Estado (incluidas las armas), pluriempleado de consejos de administración, generador de fondos buitres, continuador de financiaciones ilícitas, presunto “criminal de guerra”, “sobrecogedor” y fanático chulo de carcas y extrema derecha.
Manuel Fraga era un estadista, de derechas, pero estadista. Le cabía “el Estado en la cabeza”. Decían que su concurso en la vertebración de un estado moderno y democrático era una saturación sin poros. Muerto y enterrado vemos que fundó una “partía” de ladrones y corruptos, que ganaron elecciones y construyeron sedes, dopados de donaciones y sobresueldos.
Santiago Carrillo representaba la “izquierda auténtica”. La del sacrificio en la lucha antifranquista (él, menos, desde Paris)  y los valores del pueblo y la clase obrera. Tragó con la Corona y una Constitución que dejaba en solemne papel mojado la pluralidad y representatividad política (hecha a medida “bipartidista” por la CIA y la ya corrupta socialdemocracia europea), mantenía a ultranza los privilegios inabordables de la Iglesia Católica y que, como una rémora, vienen marcando la macabra realidad de esta desgracia llamada España.
Adolfo Suárez es el que sale mejor parado. Le encargaron, desde las ayunas raíces del franquismo, que ejecutará un papel para sobrevivir y acabó “creyéndoselo”. Se hizo “demócrata” por encargo y acabó arruinado en salud y en poder, por los anteriormente relatados, los tanques y el poder embozado de los “de siempre”.
Estos antecedentes han creado la España actual, chusca, mafiosa, esperpéntica, donde anidan personajes como Rato, Bárcenas, Granados, Bono, Botín, Aguirre, Chaves, Camps, Barberá, Matas, Fabra, Marhuenda…
La Historia de la España contemporánea es una nausea, una frustración, una gran mentira, que engancha con la tradición viva de un país de chulapas y manolos, toros de la vega y peleas de gallos, estacazos, ladrones y rufianes varios. Una odiosa molécula nacional-catolicista, plagada de inquisiciones y crímenes con y contra el pueblo.
Asco.

viernes, 30 de octubre de 2015

Hasta enterrarlos en el mar




“Las tierras, las tierras, las tierras de España
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna”

Y si un día de diciembre un caballo cuatralbo empezara a galopar de urna en urna  y produjera el tsunami de la matanza del cerdo, el fin de los chorizos, que se sobrepusiera a la mentira, la corrupción y la manipulación de bienes e ideas  y alterara  el poder de tal manera que mandara a la partía de bandoleros del trabuco pepero a la serranía de su casa, a los embaucadores  de la falsa socialdemocracia al panteón de las ideas podridas y muertas y a los  filo falangistas del IBEX a su puesto en los luceros.

Entonces nos daríamos cuenta que enfrente no había nadie, que eran “solo” las banqueros  parapetados tras su cornamenta de rajoys, felipes y aznares. Los antropófagos de la democracia “transicionada” a su gusto, para aprisionar a la ciudadanía, expoliar con incienso sus bienes, y reducir a esclavos a los trabajadores y clases populares con las cadenas de las reformas penales y laborales.

“Galopa jinete del pueblo, caballo de espuma.”

Imaginad que la petulancia queda reducida a anécdota y pierde la categoría de lo omnívoro. Imaginad que, deslumbrados por una serie de acontecimientos democráticos que tendrán lugar a partir de esa fecha fabulosa, comprendemos lo que hemos retrocedido a lo largo de los últimos años, la mucha calidad de vida que hemos perdido, tanto en lo material como en lo moral, tanto en lo laboral como en lo legal. Imaginad que, poseídos por la belleza de la verdadera democracia, del ejercicio real de la ciudadanía, nos conjuramos a plena luz para que nunca más, nunca never jamás de los jamases, permitamos a nadie que nos recorte las libertades que forman la gran libertad que, dentro de lo posible, los seres que tenemos la suerte de vivir en esta parte en paz del planeta hemos podido conquistar. “  Maruja Torres dixit.

“A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.”

Tiramos el corazón y las herraduras.  Y que a partir de ese día asemos al vino a todos los chorizos, echamos en manada de ratas a generadores de gurteles, eres, púnicas y casta de enchufados y embaucadores de papeleta y candidatura.  Que los que gobiernen representen al pueblo soberano, al que está en paro, desahucian y no puede pagar sus hipotecas.

Enterrar en el mar, en la tierra y en el cielo a los que nos han dañado, mentido, expoliado, desahuciado y recortado.

En la geografía del placer está el imaginar, imaginad ese galope barriendo hasta el mar a la jauría que nos gobierna y nos ha gobernado.  Y notar el olor del mar que los arrastra, purifica y entierra.

A galopar.