martes, 31 de julio de 2012

Ahora quieren “joder” a los pensionistas




El presidente Mariano Rajoy ultima nuevas medidas para un ajuste del gasto en las pensiones orientado a garantizar la sostenibilidad del sistema y reducir el déficit. En principio, el Gobierno acelerará la reforma de la Seguridad Social e intentará «consensuar» el recorte, equivalente a 10.000 millones de euros”.  (Periódico La Nueva España)

Estamos a punto de alcanzar el infinito. Jodidos los funcionarios, jodidos los parados, jodidos los trabajadores, ahora les toca a las pensiones y los pensionistas.

El PP y Rajoy están dilatando su miseria personal y política. Cualquier emoción que uno pueda sentir queda preñada de un profundo asco. Es indescifrable el grado de bajeza moral, de concreción  canalla de este gobierno, de sus ministros y del partido que los soporta.

Cada día engendran nuevos robos, nuevas rapiñas, nuevos atracos, y la Iglesia sigue intocable, sin pagar un céntimo de impuestos y sin el más mínimo recortito en sus onerosas asignaciones, las grandes fortunas siguen sin nuevos impuestos, en el paraíso fiscal de sus amigos “del gobierno”, amnistiados en sus sempiternos fraudes y evasiones y sacando del país 167.000 millones hasta, sólo, el mes de mayo.

Ahora los pensiones. Ahora los jubilados. Ahora los que durante años han trabajado y cotizado esforzadamente son objeto de la razzia insensata de esta partía de bandoleros. El “Tempranillo” Rajoy entra a saco en sus modestas nóminas y carga sobre sus costillas un recorte de 10.000 millones, sin atender una denuncia de los funcionarios de Hacienda que calculan una mejora equivalente de las tributaciones con sólo un mínimo esfuerzo de inspección. Pero claro, este esfuerzo gravaría el paraíso de sus “amigos”, a los que asesoró Montoro cuando dejó de ser ministro.

Desde el pasado noviembre el apoyo electoral al PP ha menguado un 19 % y ahora mismo no alcanzaría un 30 % del electorado. De seguir a este ritmo, el partido o partía de De Guindos, Sorayita y mamandurria Aguirre se puede quedar para hacer calceta.

Gobernar había constituido un ejercicio azaroso, un camuflaje de la lucha de clases, ahora, en su mutable diseño, es una simple arbitrariedad, una excrecencia ciega, un tumor maligno, sin grandeza alguna.  Lo que ahora se ve en España es, simplemente, la roña fascista elevada al cubo.

El cubo de Rajoy y sus bandoleros.

viernes, 27 de julio de 2012

¡Manos arriba, esto es un atraco!


En el ojo de la lumbre del verano, en pleno derrumbe por la incompetencia pepera, con las carnes derretidas a recortes, se nos abre, con lucidez, una sola idea: ¡Nos atracan!

No se trata ya de la crisis económica, ni de la prima (de riesgo),  ni de la tía (alemana), es que el Gobierno, los bancos, el capitalismo, nos atraca.  Todo el teatro de marionetas de la crisis es una sola cosa: una transferencia de las rentas del trabajo y de las clases populares a las rentas del capital.

La historia ominosa de los últimos cinco años es la historia de un robo. Continuado, pantanoso y desgarrado. Un robo a la ciudadanía para salvar a sus bancos, a sus despilfarradoras cajas de ahorro, a sus multimillonarias pensiones de jubilación, a sus mansiones, a sus amantes de lujo  y a sus yates.

Una película de terror con sus políticos comprados, sus decretos revestidos de falsos bienes  patrios, de falsa necesidad y de falsa irremediabilidad. Nos roban a manos llenas, a recortes llenos y a desvergüenza llena.  Nos dejan sin educación y sin sanidad para imponer su educación (mala) y su sanidad (costosa) privadas. Nos llevan al despido masivo de funcionarios, al exterminio de derechos laborales y a convertir a las farmacias en boutiques de lujo para rellenar sus agujeros negros, sus burbujas especulativas y sus créditos blandos.

No puede tomarse por casualidad. Son unos ladrones. De vidas, haciendas y leyes.  Nos imponen una abdicación extraordinaria para mantener sus estándares de vida, su opulento protagonismo, su complicidad con el gran capitalismo del gran atraco, su desmesurada colecta de beneficios.

La envergadura del latrocinio es inabordable. Es casi blasfemo. Por robar, nos han robado hasta los parlamentos y los votos, el derecho de manifestación y de información, de huelga y de reunión. Una altanera destemplanza que lleva a sus medios cavernícolas a ignorar en sus portadas las mayores manifestaciones de la historia.

A partir de aquí se comprende que sus jornaleros en  forma de diputados de pacotilla, aplaudan los atracos en sus parlamentos de pacotilla, en sus leyes de pacotilla, en su efímera realidad de pacotilla.  Y hasta nos envían a jodernos.

Sanguinariamente robados, arteramente atracados, malévolamente esquilmados no deberíamos dejar de gritar: ¡Manos arriba, esto es atraco!

domingo, 15 de julio de 2012

¡Que se jodan!




La cosa ha quedado bastante clara. Estamos donde estábamos. En 1789 y en 1936. Una minoría oligárquica, un conjunto de privilegiados que explotan, parasitan y viven a costa de una amplia mayoría y que están dispuestos a eternizarse en esta situación. Desde las falsas e ilegales mayorías. Desde las leyes injustas y desde los medios de desinformación de masas.

O ellos o nosotros.  Es la lucha de clases, idiotas. Esos niñatos engominados que con corbatas verde acuden al Congreso, esas muñecas peponas bronceadas con rayos uva, hijas de su franquista y corrupto padre y de su p…epera madre, que aplauden y jalean que se le recorte la prestación a los parados, que se suba el IVA a los servicios funerarios, que mandan a Cuba a los sindicalistas e insultan como vagos a los desempleados. O ellos o nosotros. Y pasaran meses, años, bienios  o trienios, pero vamos a ser nosotros.

¡Que se jodan ellos! Si, que se jodan, cuando los veamos correr buscando un agujerillo por la Castellana o por el Paseo de Gracia, perseguidos como lo que son, malnacidos, delincuentes y vividores de lo ajeno. Lo vimos en la película Novecento y lo veremos en vivo. Pasará un tiempo, indefinido, pero pasará.

Han disimulado su real ideología, sus principios y sus intenciones. Le llaman crisis a su monumental estafa, hablan como un microsurco rayado de la “herencia recibida”, pero su objetivo único era desposeer de derechos a los trabajadores, atracar a las clases populares para que paguen sus deudas privadas, las de sus bancos y las de sus burbujas inmobiliarias, los tributos que dejan de pagar con sus SICAVs, con sus amnistías fraudulentas y aplaudir e insultar desde sus casposas escaños de representantes de su merde.

He aquí el trajín central del franquismo español, nunca enterrado, al que le “toca” una decena de veces la lotería con décimos que compran después del sorteo, que cobran dietas como diputados por Castellón cuando viven en una urbanización de lujo en el Madrid más facha, que no pueden mentir y robar más y que toda su ideología se guisa en un perol con tres condimentos: insolidaridad, reaccionarismo y fraude.

Vivimos en su mismo caldo. Sus monarcas y sus iglesias, contemplan, intocables, como se pudren los demás.  Una altanera destemplanza de representantes de no se sabe que.

 Una ministra italiana, de derechas, lloró, sincera y amargamente, cuando tuvo que anunciar unas medidas contra la población civil, otra, una vicepresidenta de una tómbola, hija de un generalote golpista y chapucero, sonreía, feliz, cuando se anunciaban las mismas medidas en su país. Hay, hasta distintas formas de ser de derechas. Y a nosotros nos han tocado las peores.

 O ellos o nosotros. Y seremos nosotros.

Y se joderan, ellos.


viernes, 13 de julio de 2012

El papelito del Borbón en el Consejo de Ministros de los recortes


La cabra tira al monte.  Y borbón rima con un derivado de esta (la cabra). Aprovechando que no tenía que cazar elefantes o emborrachar  osos el inquilino de la Zarzuela se ha ido a unir su suerte política con el mequetrefe gallego que se cree que nos gobierna.

Cuando media España perece de la otra media.  Cuando el partido de la gomina hace pagar a los funcionarios, los parados (¡que se jodan!) y los pobres de esta desgraciada de estado o comunidad de atracados, los excesos de la cultura del pelotazo, el estallido de la madre de todas las burbujas y el agujero negro de todos los bancos  y cajas gobernadas a mayor gloria del yate en el puerto deportivo y la mansión de lujo, el nieto de Alfonso XIII se va a presidir el Consejo de Ministros (o de los bandoleros que sean) que levanta acta funeraria del “estado de bienestar”.

Los ingenuos, los tiralevitas y los vívanlascaenas de siempre hablaban del “papel arbitral de la Corona”, se comían atravesados los renglones de la Constitución que así lo establecía y aplaudían al Monarca, a su yerno y a la Corina de turno, cuando entre brumas de wiski o coñac decía, allá por la Navidad, eso de que “la Justicia debe ser igual para todos”, con música de gaita y fanfarria celestial.

Ahora ha dicho, con el cinismo y el fariseísmo que le es propio: “que la recuperación afecte a todos”. Como si hubiera a haber recuperación, y como si sonando la flauta la hubiera, fuera a afectar a los que ahora pagan la crisis-estafa y no, en exclusiva, a la cuenta de resultados del BBVA o Santander de guardia o a los patriotas del “zoy ejpañol, ejapañol” que engordan los activos de las oficinas bancarias de Zúrich.

Yo le diría, que en vez de ligar su suerte a un equipo gobernante de atracadores por real decreto, se fuera a hacer puñetas. Como su abuelo, cuando unas elecciones municipales se las  pusieron tiesas.

Si yo fuera un periodista a sueldo de algún medio de la caverna y tuviera que ponerme entre solemne y serio, diría que el monarca se ha equivocado, que se ha puesto del lado equivocado en el momento equivocado, y que su gesto, arbitrario, injusto y desleal con millones de compatriotas, le puede (y le debe) costar caro.

Cuando los títeres gobernantes, en un momento que ellos definen como “excepcionalmente grave” dejan incólumes las asignaciones a la Casa Real, a la Iglesia mas insolidaria del planeta y vuelven a unos postulados inequívocos de “lucha de clases”, de legislar y favorecer a los ricos y poderosos, el monarca se ha vuelto a equivocar. Y ya no le bastará con pedir un ensayado e insincero perdón.

Cuando caiga el monigote gallego, que caerá más temprano que tarde, que aproveche y se vaya.

En mi tierra cuando se quiere mandar a alguien muy lejos se le dice: “vete a freír espárragos”. Pues allí.

jueves, 12 de julio de 2012

Inventario personal ante los aplaudidores del Congreso


No acepto, ni acato, ni asumo el gobierno ilegítimo de mi país.  No acepto el permanente uso de la mentira, el chantaje y el robo contra la ciudadanía y  las clases populares por parte de los gobernantes llegados al poder  con una oferta electoral contraria en su totalidad a las actuaciones que están desarrollando. No  acepto su servidumbre antes potencias extranjeras  y la instrumentación que hacen de las ideas del capitalismo y el neoliberalismo internacional.

No acepto un Jefe de Estado, cuya Monarquía es el paradigma de la corrupción y el enriquecimiento personal, de la inmoralidad pública y privada, del nepotismo y del trato de favor a los miembros de su familia, de los vicios y el alcoholismo privado y de la absoluta falta de ética institucional.

No acepto unas Judicatura al servicio de las ideas y el beneficio de anteriores regímenes totalitarios, enraizados como una casta, ciega a los principios de la justicia y la igualdad en cuanto les afecta a sus intereses como clan y plegada a los dictados de los gobernantes y los poderosos.

No acepto a una confesión religiosa enquistada en privilegios medievales, que parasita al Estado y a la economía de todos, insolidaria, reaccionaria y al servicio no sólo de los ricos y detentadores de poder, sino incapaz de pedir perdón y reconocer errores que alimentaron odios y guerras fratricidas que han supuesto una sangrienta fractura civil en nuestra sociedad.

No acepto a unas fuerzas de orden público al servicio discrecional, sesgado e interesado de ocasionales grupo en el poder político, reprimiendo brutal y violentamente las justas expresiones de protesta, indignación o rechazo ante el expolio, robo o atraco de derechos o libertades que sufren ciudadanos de todos los sectores sociales, edad, sexo o profesión.

No acepto una constitución y una democracia vaciadas de contenido, que no garantizan los derechos y principios básicos que decía asegurar y que sirve de coartada a políticos desnaturalizados y corruptos, alejados tanto de las necesidades colectivas como de la realidad del pueblo al que dicen representar.

No acepto a una organización bancaria y financiera meramente especulativa, que durante décadas suicidas reparte beneficios sin cuento y cuando, inevitablemente, quiebra su dorada burbuja, hace pagar a todos su inconsciencia y afán desmedido de lucro.

No acepto a unos medios de comunicación, tanto públicos como privados, que manipulan, desinforman y ocultan las noticias y la realidad social, sirviendo como lacayos de los intereses económicos de sus propietarios o circunstanciales responsables políticos.

No acepto, ni acato, ni asumo y me producen nauseas, políticos como Rajoy, Esperanza Aguirre, Dolores de Cospedal, Luis de Guindos, Montoro, la Fatimita,  Soraya Sáenz de Santamaría… que aplauden y se ríen cuando se anuncian los mal brutales recortes de derechos de las personas mas desfavorecidas de una desgracia colectiva llamada España.

Por eso, hoy, con perdón de mis lectores, me cisco en su puta madre. ¿Comprenden?  En defensa propia.

miércoles, 11 de julio de 2012

Exprimiendo el limón hasta la última gota



¿Existe un límite a la estulticia? ¿Hay una frontera en la indignación suprema? ¿Pueden unos gobernantes dañar más a una mayoría en beneficio de una minoría?
El gobierno que ¿preside? Mariano Rajoy está a punto de rebasar todos los límites. Su estaca contra el  ciudadano corriente en beneficio exclusivo del banquero es un obsceno ejercicio de irregularidad: subir el IVA al 21 por ciento –hizo una campaña en contra con recogida de firmas cuando el PSOE lo subió la cuarta parte que él- , robarle la paga de navidad a los funcionarios, recortarle la prestación de desempleo a los parados, modificar la base de cálculo de las pensiones sobre la totalidad de la vida laboral, bajarle dos puntos a la cotización de los empresarios a la Seguridad Social… todo, todo, encaminado y dirigido a que una clase social pague los excesos y los tributos de otra.
Ni siquiera un gesto, ni siquiera una mínima subida de impuestos a las clases altas, a las grandes fortunas, todos a pagar el despilfarro de la banca especulativa y su burbuja inmobiliaria.
Este indeseable presentaba como “éxito” personal lo que él llamaba “préstamo” a la banca, sin contrapartidas para la ciudadanía.  ¡Qué no había contrapartidas! Hasta 32, anunciadas en su cueva de ladrones del palacio de San Jerónimo, y todas lesivas, sangrientas y arrasadoras contra las clases populares.  Ni una sola palabra para la lucha de los mineros que a la misma hora llenaban de sudor y dignidad las calles de Madrid.
Hay una ira neta, un espíritu del exprimido hasta la última gota que nos lleva a vomitar viendo como las ¿señorías? peperas aplauden unas medidas que son un escarnio y una vergüenza colectiva, un entierro de conquistas y libertades, la gran mentira sobrenadando sobre el espíritu de la democracia inútil. Porque además no servirán para nada, son la gran estafa orquestada por el capitalismo contra el mal llamado “estado del bienestar”. No han servido para nada en Grecia, ni en Irlanda, ni en Portugal, o si, han servido para lo que se propusieron, socializar las pérdidas de la banca especuladora mundial y llenar el mundo de oprobio, miseria y esclavismo.
Insumisión ya. Referéndum ya. Dimisión ya.  Justicia y cárcel contra esta “partía” de bandoleros del voto.

lunes, 9 de julio de 2012

Del corazón de la tierra a las innobles entrañas del Estado


Partieron de las Asturies, de León, de Teruel… han cruzado la estepa de la geografía y el páramo de las mentes, y, polvo, sol, fatiga y hambre han reconquistado la dignidad. Para todos.

Han cosechado, en sus millones de pasos de justicia sobre la meseta, la admiración de muchos y la marginación de unos pocos, muy pocos, apoltronados en sus medios “informativos” -¿?- de mentira, esquilmación y odio.

No se han doblegado, y han puesto su pica minera, “los ojos, ciegos los ojos, ciegos de tanto mirarte, Asturias lejana, hija de mi misma madre” en las innobles entrañas del mal llamado Estado de Derecho.  Estado del robo de derechos, libertades y pan.

Han ganado la batalla de la no resignación, la penúltima batalla de la libertad, en esta tierra de cabestros y cabrones con cartera. En estos tiempos de miedo, mercados, rabia y silencio  han cruzado, a pie de la verdad, la dura estepa  de la idea robada, al pueblo, al trabajo y al carbón, y van a poner su negra idoneidad al pie mismo del despacho de “su excelencia”.  Excelentemente inútil, demencialmente ministro, inmundamente responsable.

¿Quién derribará ese árbol/de Asturias, ya sin ramaje,/desnudo, seco, clavado/con su raíz entrañable/que corre por toda España/crispándonos de coraje?  Dijo el cordobés  Pedro Garfias.  Nadie, ya, podrá derribarnos.  Y derribaros.  Esa literatura de barro y mierda que os ataca, que nos empobrece cada vez que abre la boca, se va a quedar sola con sus decretos, con su liberalismo de pacotilla y muerte.

Os habéis ganado el destino y el negro pan. Salisteis de Pola, de Moreda, de Ciñera, Toreno, Plou o Ariño… y habéis llegado al corazón abierto de todos. Desnudos, secos, clavados, pero llenando a las Españas de coraje frente a la molicie, de dignidad frente a lo innoble, firmes sobre roca firme. Vuestra lucha es, ya, la lucha de todos.

Habéis pedido lo que os pertenece, y os pertenece mucho, la esencia de la libertad y la democracia de este país, desangrado por el cainismo de los vende patrias y vende minas.

“Mirad, obreros del mundo/su silueta recortarse/contra este cielo impasible/vertical, inquebrantable”, mirad obreros, como la dignidad toma Madrid.

Sois la sal de la tierra.