viernes, 27 de abril de 2012

Don Herencia Recibida a punto de ser atropellado por un mercado


Parece un tantra para débiles mentales. Y lo es.  El lobo cae sobre un rebaño de ovejas, degüella a siete y se permite el lujo de comerse sólo una. Don Herencia hace igual. Degüella a trabajadores, pensionistas, estudiantes, emigrantes, funcionarios, médicos y pacientes. Y se come solo una. Y es una rosca con  la economía. Cero al cociente y que baje la agencia de calificación de riesgo siguiente.



-Enhorabuena, doña Elvira.

-¿Por qué?

Su marido ha batido el record, en ciento veinte días ha superado a Zapatero en ineficacia y encima presume de listo.

Es que lo iba a atropellar un “mercado”, y claro…



Vivimos en el infierno y la caverna no se había enterado. No se puede ser mas tonto y más ineficaz que los ministros de Hacienda y Economía, la de Sanidad se equivoca más que habla, el de Cultura no para de meter la picha –y la ortografía- en el arroz, el de Gobernación se cree la rencarnación del führer  y el de Industria, en su vida las ha visto más gordas.

Iban a resolver el desempleo, creando tres millones de puestos de trabajo y los seis millones están al caer, la prima de riesgo bate niveles históricos, cualquier agencia de medio pelo nos equipara a los bonos basura, no solos somos tontos sino que lo parecemos y el baranda se va corriendo por las puertas falsas de los garajes.



-Ya está.

¿Qué sucede ahora?

Tengo la respuesta. La culpa es de “la herencia recibida”.

Eso ya lo has dicho cinco millones de veces.

Es por si cuela en los mercados.



Entre la oferta y la demanda este Gobierno está resultando el más inútil de los últimos dos mil años. Iban de tecnócratas, con informes, estadísticas y neoliberalismo y son más inútiles que el rabo de un higo. Quería hacer una política de zona templada y están zona de descenso. Se han cepillado el estado de bienestar y los derechos de los trabajadores y a la economía están a punto de ingresarla en el hospital sin salida de las urgencias y el rescate.

Todo su esfuerzo se dirige a los banqueros, los defraudadores, a amnistiar a chorizos y evitar que la Iglesia pague un euro en impuestos.  Se les ven todas las plumas y tienen menos credibilidad que Sergio Ramos tirando penalties.



¿El presidente del gobierno?

¿De parte de quién?

-Del Espíritu Santo en forma de paloma.

Un momento, que se le ha caído un guindo.



Bajo un lujo de rayos UVA, entre una nube de chaquetas verdes de Armani , bajo la escolástica decante de Rouco, mas fachas que las gallinas de El Pardo, don Herencia y su peña nos llevan a todos al despeñadero. Don Herencia ni siquiera se rompe la cadera ni se dispara al píe.




miércoles, 25 de abril de 2012

La cara y la vergüenza




Leí la noticia antes de que me diera el escalofrío. “Los altos ejecutivos de Santander recibirán hasta 280 millones en bonus”. Proseguía en subtitular: “El plan de incentivos para 2012 prevé una remuneración variable de hasta 280 millones de euros para un grupo de 270 altos directivos.”

Leí con atención, no era el sueldo, era una bagatela, uno de entre otros y variados pluses, en este caso para “directivos con funciones de control, alta dirección y ejecutivos que "asuman riesgos significativos". Por mi les hacía de verdad sufrir el riesgo. Sin descartar el físico.

Me tentaba la ropa.  ¿Este país es el mismo en el que se liquidan en el mismo día la sanidad y la educación públicas o esta es una Jauja especial?  ¿Este gobierno que permite estos “pluses” es el mismo que pone en peligro la supervivencia, pongamos por caso, de un enfermo renal con dos sesiones semanales de diálisis y al que le van a obligar a que se pague la ambulancia que lo transporte? Lo que parece seguro es que este es el mismo gobierno que votó en contra el impuesto sobre grandes fortunas.

Echo la vista atrás. Vi aparecer a los Beatles, la marihuana, Vietnam, los primeros pisos comprados con hipotecas, la muerte de Franco, la democracia, el golpe de Tejero, Felipe y sus chaquetas de pana, los escándalos de corrupción, la llegada de la derecha y del PP al poder…y me pregunto si ha valido la pena.

Cuando compruebo como se gobierna este país, como se administra la democracia y la riqueza, como se vacía de contenido la verdad y la política, me acuerdo de aquello de la cara y de la vergüenza. Que al parecer eran cosas que se caían.  Comprendo que no es lo mismo la estupidez extrema y el paroxismo.

¿De qué democracia y de que legitimidad hablamos?  Asombra que todavía expriman el limón de las palabras vacías y sin sentido.  Para rematar  leo que Ángel Acebes, un ex ministro que se inventó una conspiración para engañar a todo un país ha sido nombrado consejero de Iberdrola.

Y ahí está la clave. Montoro, De Guindos, Mato, la ministra del moreno rayos UVA, Wert, el ministro de Cultura que escribe cartas con faltas de ortografía… pueden ser nombrados mañana, o el año que viene, consejeros del Santander, del BBVA o de Iberdrola y entonces, cuando doce millones de indígenas de este país, paraíso de ladrones, viven con menos de 500 euros al mes ellos se repartirán 280 millones. Sólo en pluses.

El objeto más selecto es la cuenta corriente y lo exquisitamente moderno es recortar  el sueldo, la educación, la salud y la cultura a los demás.

Estos son el partido y el gobierno de los trabajadores… ¡y olé!

lunes, 23 de abril de 2012

Inmatriculados: ¡Que Dios se lo pague!


En septiembre de 2010, el profesor de Derecho  Civil de la Universidad de Córdoba, Antonio Manuel Rodríguez, denunciaba en un brillante artículo la inmatriculación o registro a su nombre efectuado por la Iglesia de la Mezquita y Catedral de Córdoba.

Refiriéndose a la Iglesia Católica decía:  “Su último asalto fue la inmatriculación registral de la Mezquita y Catedral de Córdoba, amparada en el artículo 206 de la Ley Hipotecaria, reformado por Aznar con la intención de equiparar a la Iglesia Católica con la Administración pública. Un escándalo monumental que vería hasta un ciego sino fuera porque esta ciudad hace siglos que enfermó de cataratas.”

Anoche, el programa de Jordi Évole, “Salvados”, volvía a incidir en el tema, aunque con carácter general a su incidencia en todo el país.  Quedamos informados que desde 2007 la Iglesia ha registrado a su nombre más de 100.000 propiedades, y no solo lugares de culto, sino santuarios, monasterios, huertas, pisos, casas y hasta viviendas de maestros. Con un simple costo registral de 20 euros por acto y una certificación de un simple deán la Iglesia ha rapiñado y se ha apropiado para si del mayor patrimonio inmobiliario existente en nuestro país, incluyendo el del Estado.

Estamos ante el mayor latrocinio de la historia de la humanidad, perpetrado, ante nuestras propias narices, en detrimento de nuestro pueblo y con la colaboración necesaria de los poderes públicos. Especialmente de los últimos presidentes,  Aznar y Zapatero.

Una institución que no paga un céntimo en impuestos, que recibe una asignación directa del estado de 10.000 millones de euros anuales, sin atisbo ninguno de reducción o recorte, cuando al mismo tiempo desaparece la sanidad o la educación pública nos atraca con casos especialmente sangrantes, como la de atribuirse inmuebles que los ciudadanos han fabricado, reparado y mantenido hasta el último momento, o que simplemente eran bienes públicos sin registrar.

Somos un país realmente desgraciado. Tenemos la derecha más reaccionaria e incívica que conocen los tiempos y una jerarquía eclesiástica codiciosa, insaciable y voraz, en la que prevalece el poder sobre la gloria,  el oro sobre el valle de lágrimas y la injusticia sobre la caridad.

El portavoz del arzobispado de Navarra lo dejó anoche bien claro: ¡Esta Iglesia es única!

 Como el vellocino de oro, añado yo.

Inmatriculados: ¡Que Dios se lo pague!


En septiembre de 2010, el profesor de Derecho  Civil de la Universidad de Córdoba, Antonio Manuel Rodríguez, denunciaba en un brillante artículo la inmatriculación o registro a su nombre efectuado por la Iglesia de la Mezquita y Catedral de Córdoba.

Refiriéndose a la Iglesia Católica decía:  “Su último asalto fue la inmatriculación registral de la Mezquita y Catedral de Córdoba, amparada en el artículo 206 de la Ley Hipotecaria, reformado por Aznar con la intención de equiparar a la Iglesia Católica con la Administración pública. Un escándalo monumental que vería hasta un ciego sino fuera porque esta ciudad hace siglos que enfermó de cataratas.”

Anoche, el programa de Jordi Évole, “Salvados”, volvía a incidir en el tema, aunque con carácter general a su incidencia en todo el país.  Quedamos informados que desde 2007 la Iglesia ha registrado a su nombre más de 100.000 propiedades, y no solo lugares de culto, sino santuarios, monasterios, huertas, pisos, casas y hasta viviendas de maestros. Con un simple costo registral de 20 euros por acto y una certificación de un simple deán la Iglesia ha rapiñado y se apropiado para si del mayor patrimonio inmobiliario existente en nuestro país, incluyendo el del Estado.

Estamos ante el mayor latrocinio de la historia de la humanidad, perpetrado, ante nuestras propias narices, en detrimento de nuestro pueblo y con la colaboración necesaria de los poderes públicos. Especialmente de los últimos presidentes,  Aznar y Zapatero.

Una institución que no paga un céntimo en impuestos, que recibe una asignación directa del estado de 10.000 millones de euros anuales, sin atisbo ninguno de reducción o recorte, cuando al mismo tiempo desaparece la sanidad o la educación pública nos atraca con casos especialmente sangrantes, como la de atribuirse inmuebles que los ciudadanos han fabricado, reparado y mantenido hasta el último momento, o que simplemente eran bienes públicos sin registrar.

Somos un país realmente desgraciado. Tenemos la derecha más reaccionaria e incívica que conocen los tiempos y una jerarquía eclesiástica codiciosa, insaciable y voraz, en la que prevalece el poder sobre la gloria,  el oro sobre el valle de lágrimas y la injusticia sobre la caridad.

El portavoz del arzobispado de Navarra lo dejó anoche bien claro: ¡Esta Iglesia es única!

 Como el vellocino de oro, añado yo.

sábado, 21 de abril de 2012

Rajoy regresa al planeta de los simios




El insomnio le ganaba la batalla al cansancio. Los titulares del día martilleaban  en mi cerebro, y, quizás en mis hígados.  El intacto trasunto de la realidad me producía una terrible desazón. En la frontera onírica, aquella que tan bien describió el rey-poeta Al Mutamid, resbalaban las pesadillas.

Veía la estatua de Las Cibeles inclinada y medio hundida sobre un lodazal de decretazos, medicamentazos y matriculazos. Alguien, con la misma cara de Charlton Heston gritaba: ¡Yo os maldigo a todos! ¡Os maldigo!

En el violeta y azul de la noche me di cuenta.  El gobierno del PP, nos había hecho regresar al planeta. Al de los simios. Rajoy, huyendo por un garaje, era el gran simio.  Y allí estaban sus monos, y sus monas, armados de decretos, reduciéndonos a esclavos. Sin derecho al trabajo, a la sindicación, a la negociación colectiva, a la huelga. Sin medicinas, sin escuelas, sin pensiones. Reprimiendo y criminalizando las protestas, con un ejército de monos policías, comandados por el gorila Fernández.

Y la mona Soraya, y la chimpancé Esperanza y la monita Mato, morena de rayos UVA y  subida a un Jaguar.  Jadeaba en blanco y los monos me acosaban. Atacaban mi pensión, mordían las matriculas de mis hijos y me robaban la cartera.  Era el terrorismo institucional de los monos en el poder. La drogadicción a causar el mal ajeno. Y los oía en sus declaraciones a una televisión  intervenida por el titi Urdaci: ¡Si solo son cuatro cafés!

En carne viva. Los simios lo controlaban todo. Ponían condenas de cuatro años a la calavera de Gandhi, compraban arsenales de pelotas de goma y blindaban el acceso a los ayuntamientos, al ejemplo de Nieto,  el monito cordobés. Y esta marabunta de simios nos devoraba.

Unos llevaban tatuada la cruz gamada y otros, directivos de un club de monos, querían pasarse a cuchillo a todos los sindicalistas y a los que se atrevieran a hacer huelga. La cultura consistía en convertir su violencia en folclore, la  estafa de crisis y su ocupación del poder en una coartada para acabar con todos los derechos.

Entre patrulla y furgón policial, acerté a ver al gran simio Rajoy, en una visita oficial a Bostwana, declarar abolida la Constitución y proclamar el estado de sitio simiesco.  Solo los monos, los simios como él, tendrían derecho a la vida, las pensiones y las medicinas gratis.

Antes de despertarme, sobresaltado, vi una gran llama de esperanza, con Rajoy huyendo en busca de su garaje, La Moncloa, comenzaba a arder.

Ya despierto, no paraba de gritar: ¡Monos de mierda, yo os maldigo!

viernes, 20 de abril de 2012

La quiebra (absoluta) del Estado




¡Como puede decir el presidente de un Gobierno (en territorio extranjero, como es habitual) que “No hay dinero para los servicios públicos” y no dimitir seguidamente!

¡No era este el candidato ufano que todo lo iba a resolver con su sola presencia al desaparecer la malignidad de Zapatero!

¿Para que sirven nuestros impuestos? ¿Para que sirven el IRPF, el IVA, el IBI, los directos, los indirectos  y todas las cotizaciones sociales?

¿Si el Estado no puede proveer los servicios públicos, para que queremos “Estado”?

Viven en la absoluta desvergüenza. ¿Cómo pueden decretar un incremento de las tasas universitarias en un 66 %, al día siguiente de imponer el “repago” de los medicamentos y condenar a la miseria física a los pensionistas de mayor edad y falta de salud y a la semana siguiente de no aprobar un impuesto a las grandes fortunas?

Fermentan en su condición de clase. Quieren, descaradamente, privatizar la sanidad y la educación. Condenar a millones de personas al desempleo, a la falta de formación o a la enfermedad y la muerte prematura, y que la salud, la vejez o la formación académica sea un privilegio de casta. ¿Cuántos cafés deberán de dejar tomar los estudiantes –o sus padres- para atender los 640 euros de más que les va a costar la matrícula del próximo curso?

La vida, en este país, desgraciado y maltratado, se va a transformar en vivir lo justo parar pagar unos impuestos inútiles, languidecer de pobreza e incultura y ver como una ministra –con chaqueta verde y morena de rayos UVA- o un funcionario nombrado a dedo –con corbata y gomina- nos informa de sucesivos decretazos, tarifazos, medicamentazos y peperazos.

¿Dónde estará ahora aquella niña que Rajoy utilizo en la campaña electoral de hace cuatro años, que hablaba de un futuro feliz, en una España poblada de gaviotas azules?  Por lo pronto no tendrá empleo ni posibilidad de tenerlo en bastante tiempo, y si no pertenece a la clase de las de chaqueta verde (y gomina), con bastantes posibilidades de quedarse en analfabeta funcional.
Esta España da miedo. En Grecia y en Italia los suicidios han crecido un 40 %, aquí, unos pocos, parecen decididos a acabar con la mayoría. Si alguna voz los votaste, el asco está a punto de alcanzarte

miércoles, 18 de abril de 2012

Como plaga de langosta


Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.”

 Abraham Lincoln.



Nadie, en su sano juicio, podría creerse hace un año la realidad que tenemos en el momento actual en nuestro país.

Nadie podría creerse que se hiciera una reforma laboral  despiadada, que arrasa con los derechos de millones de trabajadores en favor absoluto de los empresarios por el sólo hecho de serlos.

Nadie podría creerse que prácticamente se acabara con la sanidad y la educación pública, recortándole 7.000 millones de euros a una y 3.000 a la otra.

Nadie podría creerse que se introdujera el “repago” de los medicamentos incluyendo en ello a millones de pensionistas que tienen unos ingresos de 641 euros mensuales.

Nadie podría creerse que se hiciera una amnistía fiscal en favor de defraudadores reconocidos y profesionales de la evasión, invitándoles a pagar la tercera parte de lo que a cualquier contribuyente.

Nadie podría creer que se esté instando a la desaparición del derecho de huelga o la severa criminalización de las protestas, incluyendo la resistencia pasiva, después de hacer desaparecer la negociación colectiva.

Parece un mal sueño, pero todas estas cosas y más (retroceso en derechos civiles, regresión de leyes aprobadas, marginación de la cultura, aumento de impuestos, incrementos abusivos de las tarifas eléctricas, del gas, la gasolina y butano, de cualquier producto o servicio…) han ocurrido. Y todas han tenido el mismo proceso previo.  Negación, verificación y mentira.

Las hemerotecas, las videotecas, las redes sociales, están llenas de declaraciones jurando en arameo de que esto o aquello no se iba a hacer. Y se ha hecho.

Estamos ante la mayor concentración de defraudadores, mentirosos y reaccionarios que se hayan podido reunir nunca. No es que hayan mentido una vez, es que todo lo que dicen es mentira.  Acto, materia, sustancia: solo saben mentir.

Parece que el mundo se acaba y todos somos asquerosamente culpables. O nos ponemos de pie o terminan de machacarnos. Menos mal que detrás de su mentiras solo están las ratas.  O las langostas.